Las mejores películas del 2013… y la peor

LA VIDA DE ADELE
Cada año hay una película que aparece en prácticamente todas las listas. Los críticos se quiebran el coco intentando hallar hipótesis frescas y ángulos novedosos desde donde elogiarla. Dicen que se trata de un clásico instantáneo, una obra maestra sin parangón, un cambio radical en el paradigma cinematográfico. En el 2012 tuvimos a Amour. Este año, el honor le tocó a La Vida de Adele, de Abdellatif Kechiche. Ignoro si sea un clásico instantáneo, una obra maestra sin paralelo o un cambio radical. Lo que sí sé es que se trata de la mejor película del año, y que, a estas alturas, cualquier descripción o piropo sobra.

 BEFORE MIDNIGHT
No recuerdo otra trilogía cuya mejor película sea la última entrega. The Godfather, Back to the Future, Star Wars, Indiana Jones: en casi cualquier ejemplo, encontramos el resultado más memorable en el primer o el segundo escalón. Before Midnight, la tercera en la saga de Jesse y Celine, dirigida por Richard Linklater, en verdad marca un hito en el cine estadounidense: la película culminante de una trilogía que no solo es superior a las anteriores sino que mejora el arco de la serie entera. Aquí, Linklater desmonta toda noción de un romance idílico y aterriza de golpe en el amor complejo, frustrante, tan esperanzador como triste, que sostienen sus dos protagonistas a los cuarenta años.
BLACKFISH
Un documental de denuncia cuya fuerza queda clara adentro y afuera de las salas. Gracias a su estreno y propagación a través de los medios y las redes sociales, la historia de Tilikum, una orca que ha pasado más de veinte años en cautiverio, ha puesto en jaque a sus dueños: la empresa de espectáculos SeaWorld. Y no es para menos. Los eventos que Blackfish narra de forma brutal alarmarán a cualquiera que tenga un interés, por más remoto que sea, en el mundo animal.
Y la peor:
JOBS
¿Por dónde empezar a hacer pedazos a este torpísimo biopic de Steve Jobs? A mí, que estoy tan lejos de ser un Applezombi, la fidelidad con la vida real me tiene sin cuidado (y aunque lo fuera: no creo que una película le deba ninguna lealtad a los hechos verdaderos). Así que esa no es mi bronca con la cinta de Joshua Michael Stern, una narración inepta, vaga y eterna, encabezada de forma deficiente por Ashton Kutcher, que confunde la parodia con la encarnación. ¿Es peor la nueva de Adam Sandler? Probablemente. Pero para entrar en este indecoroso apartado vale tomar en cuenta las aspiraciones de la película, y Jobs se muere de ganas de ser relevante.
(DANIEL KRAUZE / @dkrauze156)