Las respuestas de Javier Duarte

Antier se publicaron en máspormás las respuestas que Javier Duarte, gobernador de Veracruz, le dio a la PGJDF. De ese texto se pueden concluir muchas cosas, entre ellas que el gobernador de Veracruz no está muy al tanto de lo que ocurre en su estado. No sabía, por ejemplo, que la CNDH le hizo una recomendación por los crímenes cometidos en contra de periodistas. Tampoco sabía que a Rubén Espinosa lo amenazaron de muerte a pesar de las denuncias que el fotorreportero había realizado ante las autoridades.

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A principios de 2015, un grupo de intelectuales y periodistas de prestigio internacional, entre los cuales se encontraban Jon Lee Anderson, Francisco Goldman, Martín Caparrós, Lydia Cacho y Juan Villoro, promovió la suspensión del Hay Festival en la ciudad de Xalapa para denunciar los crímenes cometidos en ese estado contra quienes ejercen o intentan ejercer un periodismo libre. En una carta publicada en medios tanto nacionales como extranjeros, denunciaron el homicidio de Moisés Sánchez Cerezo, ocurrido el 2 de enero de 2015 en el municipio Medellín de Bravo. Un expolicía confesó el homicidio y responsabilizó de su muerte al alcalde Omar Cruz. Por lo visto Javier Duarte no sabía nada de esto. Tampoco sabía que Veracruz es el estado más peligroso de la República para ejercer la profesión de periodista. Otorguémosle generosamente el privilegio de la duda. Suponiendo que realmente no hubiera estado al tanto de esta situación, ¿alguien que desconoce a ese punto la realidad de su entorno merece el cargo de gobernador? Me digo que entre todas las preguntas retóricas que le hicieron, también habrían podido hacerle esta última. Si el gobernador no tuvo ninguna relación con las constantes agresiones a periodistas veracruzanos durante su mandato, ¿es comprensible y perdonable que no haya sabido frenarlas? Quizás Duarte lo ignore, pero es un servidor público. Un empleado del pueblo. Su cargo implica no sólo privilegios sino responsabilidades. No se trata de un marqués que heredó la comarca y es dueño de ella por derecho divino. Los veracruzanos votaron por él para que les sirviera. Haber sido electo, al contrario de lo que él y tantos otros gobernadores parecen creer, no le otorga impunidad sino una serie muy concreta de responsabilidades. Ha pasado ya demasiado tiempo después de las muertes de Moisés Sánchez Cerezo y de Rubén Espinosa, y aún no se han esclarecido. Diga lo que diga este señor, estos homicidios le conciernen muy de cerca, si no es por comisión al menos por omisión, y es necesario que responda por ello.