“¡Los aviones hacen mucho ruido, goooeeei!”, por @warkentin

No hagas cosas buenas que parezcan malas, reza el clásico.

O no comuniques con las patas lo que puede ser realmente importante.

Dos episodios recientes en esta chilanga ciudad mía. Por un lado, el escándalo por la nueva ruta de aproximación de los aviones al Aeropuerto de la ciudad de México. Resulta que “la autoridad aeronáutica decidió cambiar la radial 160 y modificarla 8 grados, a la radial 168”. En términos cristianos, o de a pie pues, esto significa que ahora los aviones se aproximan por el Norte de la ciudad de México, sobrevolando zonas más altas como Santa Fe y Lomas de Chapultepec, entre otras. #yoconfieso que no tengo idea de si esto fue una buena o mala resolución.

Soy de las que vivo en la zona por donde solían cruzar antes los aviones, y ya hasta me había encariñado con ellos. Si modificar la ruta se debió a razones de seguridad, ahorro de combustible, mejora de procesos, o fue para permitir la construcción de las torres neoliberales (como proclaman los sospechosistas), no lo sé. Y sin duda los vecinos ahora afectados tienen derecho a expresar su malestar, preocupación y rechazo. Peeeeero… qué mal lo hicieron.

Hoy, lo que ha trascendido es que “los pirruris de Las Lomas se quejaron porque ahora ellos padecen el ruido de los aviones”. O lo que es lo mismo: “qué poca madre, pinches autoridades, ¡si los aviones hacen mucho ruido gooooeeeeeiiii!” ¿Quieres alimentar el estereotipo? Muy fácil: no te preocupes por armar una buena estrategia de comunicación. Y ya. A toro pasado, los representantes vecinales arguyen que no es un asunto de delicadeza auditiva ni de que son más sensibles que el resto de la población que vive más abajo. Que les preocupa la seguridad, que ya los pilotos dijeron que la decisión fue un error y no sé cuánta cosa más.

Mal jugado, amigos. Al final, la torpeza comunicativa dejará siempre la sensación de que a los “ricos”, “a los de allá arriba, de Las Lomas”, les molesta el ruido que deberían tolerar mejor “los de abajo”. Ni cómo ayudarles.

Y va el segundo episodio reciente: para argumentar a favor de la cancelación del uso de animales en los circos, el diputado local (por el PVEM) Jesús Sesma, argumentó con Denise Maerker que “él lleva 25 años sin acudir a un circo, pero ha visto documentales”, para luego rematar con un “¿te parece natural que un oso ande en patines?”

#dioooooooooos

A eso se llama perder la oportunidad de superar la ocurrencia y la banalidad, para denunciar en serio la crueldad (toda ella) contra los animales. De manera integral.

Ni modo. Hoy los osos de Las Lomas escapan en patines de los aviones invasores. O algo así.

(GABRIELA WARKENTIN / @warkentin)