Mancera y Nuño, ¿carrera de relevos?; por @wilberttorre

Fuera de la residencia oficial de Los Pinos poco se sabe de Aurelio Nuño, jefe de la oficina de la presidencia, el hombre más influyente en el círculo cercano al presidente Peña. Se sabe que tiene 37 años, que tiene una maestría en la Universidad de Oxford, que como su jefe es metódico y cuidadoso de las formas, aunque en momentos de tensión su carácter puede tornarse mercurial, y sobre todo que mantiene una cercana y cordial relación con Miguel Mancera, jefe de Gobierno de la Ciudad de México.

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¿A qué obedece esa relación estrecha si pertenecen a partidos diferentes? ¿Qué interés puede tener Mancera en Nuño y Nuño en Mancera? ¿Tienen alguna alianza hasta ahora desconocida?

De Mancera se saben más cosas que del enigmático Nuño, un joven político que jugó un papel fundamental en la negociación política que hizo posible la firma del Pacto por México, que hasta el verano del año pasado era la joya de la corona del gobierno peñista, una joya que poco a poco se fue desgastando y hundiendo en los errores del gobierno y  un clima político cenagoso y turbio.

Se sabe que ha sido un jefe de Gobierno gris y evanescente, un cero a la izquierda si se evalúa su comportamiento en el vital rol de equilibrios de poder que debería representar como  líder de la izquierda ante el gobierno del presidente Peña, como lo hizo Marcelo Ebrard ante el gobierno de Felipe Calderón.

Se sabe que Mancera ordenó a la policía de la ciudad desalojar de manera violenta a los maestros apostados en el Zócalo y que después respaldó la represión emprendida por la Policía Federal contra miles de manifestantes pacíficos en la jornada global por Ayotzinapa, en noviembre del año pasado.

Mancera, que llegó al gobierno de la ciudad con la votación más alta recibida por una coalición de izquierda desde 1997, ha dilapidado un valioso capital político al encabezar un gobierno timorato y sumiso. Parece haber renunciado a la idea de que su figura se alzara como un contrapeso natural al gobierno federal, y en sentido opuesto todas las señales que ha dado son de subordinación al régimen peñista.

Cabe preguntarse quién dentro del gobierno del presidente ha servido de puente para acercar a Mancera y establecer una relación que claramente tiene un saldo favorable para Peña y su gobierno.

¿Aurelio Nuño?

Es muy probable que así haya sido.

¿Qué interés puede tener Mancera en Nuño y Nuño en Mancera? ¿Tienen alguna alianza hasta ahora desconocida?

Otra pregunta clave: ¿Qué candados retiró la XXI Asamblea del PRI hace un par de años?

Entre otros, uno capital: el que impedía que los candidatos a presidente, gobernador y jefe del Gobierno de la ciudad debieran haber tenido un puesto de elección popular para aspirar a esas nominaciones.

¿Es posible que el retiro de ese candado haya tenido dedicatoria?

Desde la oficina de la presidencia, Nuño, indica un rumor creciente en Los Pinos, tiene en la mira la candidatura a la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México.

(Wilbert Torre)