Manual de baches, cristalazos y balazos

Estas son las instrucciones para sobrevivir a un bache que destruye nuestros coches en el DF; pero también para salvar el pellejo cuando nos den un cristalazo en Constituyentes o cualquier otro rincón chilango infestado de ratas que asaltan, esas ratas de dos patas que luego son baleadas por con un judicial que, de un tiro, los manda a la silla de ruedas. ¿Le suena? Sí, ¿verdad? Aquí van

1.- El DF es rico en baches, hoyos, socavones y zanjas que en plena vialidad de “primer mundo” se tragan nuestras llantas y hasta los carros completos. ¿Le ha pasado? ¿Sabía que el GDF está obligado a reparar el daño?

2.- Para conseguir tan anhelado resarcimiento hay que tener paciencia, casi casi ser un Maestro Zen, traer un San Juditas en la cartera, contar hasta 10 (incluso cientos de veces), hacer tres machincuepas espirituales y esperar que los planetas estén alineados. Sí, porque conseguir que el GDF pague es más complicado que subir las escaleras de cabeza.

3.- Luego de la instrucción 2, habrá que presentar una denuncia ante un juez de lo cívico y esperar que el dictamen salga a nuestro favor. Para ello, habrá que tomarle fotos al daño del coche, enseñar las facturas (si ya reparamos el daño), comprobar que no íbamos manejando “jarra”, presentar identificación oficial, factura de nuestra nave, tarjeta de circulación, verificaciones, formato de reclamo para estos casos y, si nos tocan de esas secretarias infames, hasta nos podrían pedir: factura del refri, diploma de matemáticas en la primaria, así como dos copias de nuestra acta de defunción. #PorSi

4.- Esperar de 2 a 4 meses a que resuelva el GDF si paga o no. Sí, mínimo dos meses. Y si el gobierno no quiere pagar, hay que entrarle a un juicio contencioso que puede durar años. Así de protegidos estamos. Ni dan ganas de salir en coche. Ahora que lo pienso: ¿tanto bache es a propósito y así el GDF quiere combatir el uso de los contaminantes vehículos? Mmmmm… Elemental, mi querido Watson.

5.- Ahora, para sobrevivir a un cristalazo en una avenida de Chilangolandia, lo único que nos puede ayudar es: un escapulario en el espejo retrovisor; un altar a la Virgencita montado en el tablero;  echarle agua bendita al coche, en lugar de Magna o Premium. Porque usted sabe que la policía siempre está en vigilia, papando moscas o coludidos con los ratas, así que no hay esperanza de que prevengan delitos o los frustren.

6.- Si va por Constituyentes, cuna de las ratas de cristalazos, contrate guaruras para que lo cuiden. Si no le alcanza para seguridad personal, ¡chin!, espere a que un judicial esté en otro coche, vea el asalto y le dispare a los ratas.

7.- Ya ve que en el Distrito Federal ahora matamos a los ratas, en lugar de prevenir sus delitos. #LeyDeLaSelva

8.- Hay que tener en mente que exigir prevención de delitos al GDF es como pedirle peras al guayabo (¿o cómo era?). Si para pagarnos el daño por un bache podemos tardar años, ¿usted cree que un cristalazo en Chilangolandia le importa a la Policía? Parece que no.

9.- ¿Hay que andar armados para defendernos de los ratas en el Metrobús, de los cristalazos en cualquier avenida del DF? Por eso hay que rogarle al señor… Pero al señor policía que haga bien su chamba.

10.- Mejor quédese encerrado en casa, no salga en coche ni caminando ni en patines ni camuflado, ni a las tortillas ni a echar novio, ni se asome por la ventana, renuncie a su trabajo, olvide al mundo. Parece no haber de otra.