No olvidamos esto de la Guardería ABC

Para saber lo que sucede con la administración pública de Sonora, ayuda mucho revisar las voluminosas y diarias secciones de sociales de los periódicos locales. en 2003, José Eduardo Robinson Bours Castelo, accionista de la empresa Bachoco, se convirtió en gobernador sustituyendo a Armando López Nogales, un político también del PRI, aunque de escasa vida glamorosa y que, a diferencia de Bours Castelo, poco tenía que ver con las élites locales que suelen encontrarse los fines de semana en el Club de Golf Los Lagos. Con el gobierno de Bours Castelo llegaron los largos nombres a las terrenales oficinas públicas, comenzando por los del mandatario.

A diferencia de López Nogales, quien había hecho carrera política en la poco fotogénica Confederación Nacional Campesina, Bours, nacido en Ciudad Obregón, Sonora, el 17 de diciembre de 1958, entró a la escena nacional por la puerta grande: participando como representante de México en las negociaciones del Tratado de Libre Comercio. Desde entonces inició una vertiginosa carrera que lo llevó a ser presidente del Consejo Coordinador empresarial, senador de la república en 2000 y gobernador de Sonora en 2003, luego de ganarle unos cerrados comicios al panista Héctor Larios. En menos de 15 años de trayectoria política, había logrado que incluso su nombre fuera mencionado como el de un posible aspirante en las elecciones presidenciales de 2006.

Vestido como vaquero, con botas de suela gorda, pantalón de mezclilla azul, camisas a cuadros y sombrero tejano, ya como gobernador, Bours mantenía su presencia en las páginas de las secciones de sociales. Sus apellidos, que junto a Mazón, Gándara y Laborín, conforman el olimpo de las familias pudientes de Sonora, no muy rara vez convivían en esas páginas con los de su prima Marcia Matilde Altagracia Gómez del Campo Tonella, una de las mujeres a las que el IMSS le delegó la responsabilidad de administrar la siniestrada Guardería ABC. Gómez del Campo Tonella, también prima de la primera dama Margarita Zavala, solía ser retratada en las páginas de la socialité sonorense, casi tanto como el mismo gobernador Bours. Los infatigables cronistas de la vida bonita de Hermosillo daban seguimiento puntual a una de “las distinguidas señoras” que participaba en “el café cantante”, una costumbre heredada del siglo XIX que sigue de moda hoy entre los ricos de sonora.

COSAS QUE NI EN FACEBOOK

Benditas sean las hemerotecas. Antes del 5 de junio de 2009, no hay semana en la que no haya registro de por lo menos una actividad social de Marcia Matilde Altagracia Gómez del Campo Tonella, a quien en esas páginas, quizás por la confianza existente, se le refiere como Marcia Gómez del Campo de salido, nada más. Con sumo rigor, El Expresso informa puntualmente en su edición de mediados de mayo de 2009: “De viaje andan en Las Vegas Tony salido y Marcia Gómez del Campo de salido, Juan Carlos Lam y Cecy Escalante de Lam, Ernesto de Lucas Hopkins y Maru de Lucas y Arnoldo Salazar Coker y Daniela de Salazar, quienes pasarían algunos días en la ciudad que nunca duerme”.

Las secciones de sociales de los periódicos de Hermosillo permiten que uno se entere de cosas que ni en Facebook. Como, por ejemplo, que la dirigente del Partido Acción Nacional en el Distrito Federal, Mariana Gómez del Campo, es prima de Margarita Zavala Gómez del Campo de Calderón, quien además de ser la esposa del presidente Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón Hinojosa, es sobrina de Roberto Gómez del Campo Laborín, quien a su vez también es tío de Lourdes Laborín Gómez de Bours, esposa del gobernador de Sonora, José Eduardo Robinson Bours Castelo. A su vez, Roberto Gómez del Campo Laborín, expresidente de la Coparmex y dueño de agencias Volkswagen, es padre de Marcia Matilde Altagracia Gómez del Campo Tonella; y Antonio Salido, el esposo de Marcia Gómez del Campo, es primo de Epifanio Salido, candidato del Partido Revolucionario Institucional a la alcaldía de Hermosillo. Más que hacer cuadros sinópticos, quienes estudian el quehacer político en Sonora, tal vez tengan que hacer árboles genealógicos del tamaño del colosal árbol del Tule para entender cómo se gobierna el estado.

UN BONITO EVENTO FAMILIAR

Uno no para de asombrarse con el esfuerzo informativo de las secciones de sociales. Los periódicos de Hermosillo, allende las fronteras sonorenses, logran la crónica puntual de una fiesta privada de la Ciudad de México, en la cual además está presente nada menos que Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón Hinojosa, a quien el pie de foto identifica como “presidente de México”. La nota publicada el 31 de mayo de 2009 —cinco días antes de la tragedia de la Guardería ABC— dice lo siguiente: “Rodeada de cariño celebró 80 años de edad doña Mercedes Gómez del Campo de Zavala, madre de Margarita Zavala de Calderón, quien acompañada de su esposo, el presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa, y de sus hijos, arribó al festejo durante el cual se hicieron acompañar de familiares y amigos, entre los cuales estuvieron Jorge, Soledad, Marcia y Roberto Gómez del Campo, así como Carlos Gómez del Campo, Florencia Laborín, Marina Leyva de Gómez del Campo y Jerónimo Gómez del Campo, compartiendo este bonito evento familiar”.

Sin embargo, tres días después de la tragedia, una vez que salió a flote el nombre de su familiar como beneficiaria de la guardería subrogada e incendiada, la primera dama Margarita Zavala minimizó su parentesco con ella. Con Marcia Gómez del Campo, dijo Zavala de Calderón el 8 de junio, tan sólo compartía un bisabuelo y era alguien a quien nunca había visto.

PONER GUARDERÍAS EN UNA FORMA DE SERVIR AL PARTIDO

Otro asiduo de las reveladoras páginas periodísticas de sociales es Gildardo Urquidez Serrano, uno de los dueños de la Guardería ABC, quien además es propietario de otras estancias infantiles en Hermosillo y Nogales, las cuales también le fueron subrogadas por el IMSS y le dejan una ganancia mensual estimada de un millón de pesos. Político y empresario a la vez, este exsecretario de Finanzas del PRI estatal e inversionista de la subrogación fue también el coordinador de enlace empresarial de la campaña del excandidato priista a la gubernatura, el senador Alfonso Elías Serrano.

Urquidez Serrano aparece en documentos oficiales como representante propietario de la Guardería Dino, ubicada en carretera internacional y Bulevar Colosio, Local 7, en el municipio de Nogales, donde algunas madres, tras los sucesos de la Guardería ABC, se dieron a la tarea de mirar con detalle las instalaciones de la estancia, y ahora describen el sitio como un auténtico campo de refugiados. Otra de las guarderías en las que aparece como socio el extesorero del PRI, a quien sus amigos políticos-empresarios le dicen El Chilayo, es la estancia Eddie, ubicada en la calle 14 de Abril y Juan Escutia, número 22, de Hermosillo. Justo cuando un reportero local me explicaba que esta guardería sí tenía instalaciones de calidad, el lunes 8 de junio de 2009 fueron evacuados alrededor de 150 niños a causa de un cortocircuito ocasionado por el decadente sistema eléctrico del lugar.

“Todos estos personajes son conocidos míos, aunque no tenemos amistad. En general son personas de bien, pero acostumbrados a vivir bajo las corruptelas del poder, que seguramente ni en sus peores pesadillas pensaron lucrar con la vida de un niño, y sé que hubieran hecho todo lo que estuviera a su alcance para evitarlo. Pero la negligencia azuzada por la codicia y una vida de insensibilidad fue la brisa que avivó las llamas”, escribe en www.lacrox. wordpress.com, imprescindible blog, un hermosillense indignado con estos “criminales vip”, como los llama, por decir lo menos, el Movimiento Ciudadano por la Justicia 5 de Junio.

CHIQUILLOS Y CHIQUILLAS

Al arranque del gobierno del presidente Vicente Fox Quesada, un hombre llamado Tomás Alberto Islas Carbajal era el jefe de prestaciones económicas de la delegación del IMSS en Sonora. Un oficio, firmado por él —número 270501613200/19311— con fecha del 11 de mayo de 2001, reporta la aprobación de un proyecto presentado por el representante Marcelo Meouchi Tirado para instalar una guardería como parte del esquema vecinal comunitario; este último acababa de ser lanzado con ímpetu por la administración federal emanada del PAN, calificándolo como uno de los “grandes proyectos del gobierno del cambio”, dirigido a “los chiquillos y las chiquillas” de México.

Este papel es el acta de nacimiento de la Guardería ABC. Unos meses después, el 6 de agosto de 2001, la delegación sonorense del IMSS firmó el contrato definitivo de subrogación del servicio de guardería con la empresa Guardería ABC, S. C. El plazo del convenio era por cinco años y daba inicio formal el 31 de diciembre de 2001, aunque meses después sería modificado, debido a que el marco legal para la asignación directa de los contratos de subrogación no estaba delineado por el nuevo gobierno. Vamos, un pequeño inconveniente en un país donde las trabas legales no impiden que el águila del escudo nacional sea modificada al gusto del mandatario.

El expediente 0263 de la contraloría del IMSS relata la historia de permisos y autorizaciones de la guardería instalada desde 2001 en una bodega donde se almacenaban papeles y cartón, antes que niños. En el historial de aprobaciones y revisiones que componen el documento no hay una sola voz oficial que subraye o resalte tal situación, o bien, la extraña vecindad de la estancia infantil con una gasolinera y una llantera.

SI LA CONSTITUCIÓN LO IMPIDE, PARA ESO ESTÁ EL COMITÉ

Para comenzar a operar, la empresa Guardería ABC, S.C. presentó el acta constitutiva de su sociedad, en la cual inicialmente aparecen como accionistas Marcia Matilde Altagracia Gómez del Campo Tonella y María Fernanda Camou Guillot. Ya después se integrarán Sandra Téllez, Antonio salido y Alfonso Escalante Hoeffer. También, con esa solicitud, la empresa entregó al seguro social la licencia de uso de suelo emitida por Fernando Landgrave Gándara, director general de Desarrollo Urbano y Obras Públicas de Hermosillo.

Para tratar de cumplir con el marco legal, un Comité Institucional de Adquisiciones y Arrendamientos del IMSS estableció, el 18 de diciembre de 2002, el acuerdo 171/2002, por el cual operan hoy en día las guarderías subrogadas. Sin embargo, a raíz de la tragedia de la Guardería ABC, dicho acuerdo fue considerado ilegal por los magistrados que integraron la investigación de la Suprema Corte de Justicia sobre el caso.

ESA MALDITA BUROCRACIA NO DEJA QUE EL LIBRE MERCADO HAGA SU TRABAJO

Una vez “normalizada” la situación de las estancias subrogadas por el IMSS en el país, a través del oficio ADP/422/01, fechado el 25 de julio de 2004 por Arturo Dávila Pacheco, jefe de la oficina de Prevención de Incendios y Seguridad Civil del Departamento de Bomberos de Hermosillo, Sonora, se da el primer aval de seguridad a la Guardería ABC. La estancia, dice el documento, “dispone del equipo suficiente para la protección contra incendios y ofrece seguridad a la población civil, por lo que emite Dictamen Probatorio de seguridad”. Nadie menciona la gasolinera cercana ni la improvisación de una bodega como guardería, tampoco un almacén del gobierno estatal que formaba parte de la misma construcción.

Al mismo tiempo de los farragosos —y algo ciegos— trámites burocráticos, el libre mercado de los niños de la Guardería ABC tiene que sortear una farragosa eventualidad más: las trabajadoras de la estancia infantil osan, el 1° de marzo de 2004, colocar una de esas anticuadas banderas rojinegras en señal de protesta por las pésimas condiciones de trabajo y el despido injustificado de algunas compañeras. Un representante de los dueños acude y les promete atender su situación si levantan la huelga. Y lo hace: al día siguiente demanda penalmente a 22 de las trabajadoras por el delito de “despojo” y despide a 13 de las jóvenes, quienes dejan de recibir su pago de mil 300 pesos quincenales.

En los informes del IMSS, la ABC es descrita en ese entonces como una estancia sucia, con telarañas, sin lugar específico para lavarse las manos, con alimentos refrigerados sin etiquetas, olor a drenaje, sin enfermeras ni médicos y sin salida de emergencia. Además, los reportes hablan de educadoras que no reúnen el perfil necesario, adeudos de 59 mil 685 pesos por cuotas obrero-patronales no cubiertas en 2002 y 2003, y falta de alimentos y productos de calidad para la alimentación de los niños.

CON EL NARCO NO HAY TIEMPO DE ATENDER OTROS TEMAS

El 19 de mayo de 2005, de acuerdo con la escritura pública cuatro mil 307, la empresa Guardería ABC, S.C. cambió de accionistas. María Fernanda Camou Guillot se separó de la misma y entraron como nuevos socios Sandra Lucía Téllez Nieves y Gildardo Urquidez Serrano. La primera, esposa de Alfonso Escalante Hoeffer, funcionario del gobierno de Eduardo Bours. Un año después, el IMSS, ya dirigido por Juan Molinar Horcasitas, renovó el contrato de subrogación con los dueños de la Guardería ABC, a pesar de que esta registraba diversas irregularidades que ponían en riesgo la seguridad del lugar, tal y como quedó en brutal evidencia el 5 de junio de 2009.

Varios meses antes de la finalización del contrato de subrogación, la delegación estatal del IMSS pidió a los dueños de la estancia infantil que realizaran una serie de cambios en las instalaciones de la guardería, con la finalidad de evitar poner en riesgo a los menores de edad. En el documento oficial, fechado el 8 de julio de 2005, se advertía la necesidad de instalar una nueva puerta para el acceso principal, sustituir los plafones y poner material aislante en el techo.

Así pues, cuatro años antes de la tragedia, ya existía un expediente que señalaba de manera fehaciente los cambios que debían realizar los dueños de la Guardería ABC. Sin embargo, de acuerdo con el peritaje oficial del siniestro, los propietarios de la empresa nunca hicieron las modificaciones solicitadas. A pesar de ello, Molinar Horcasitas les renovó su contrato de subrogación el 29 de diciembre de 2006, al inicio del gobierno del presidente Felipe Calderón, quien por entonces se encontraba lanzando su cruzada contra el narco.

¿No es esta una prueba contundente de la culpabilidad de las autoridades y los propietarios?

TREINTA DÍAS “NATURALES” PUEDEN SER UNA ETERNIDAD

“En atención a la visita realizada por las coordinadoras zonales de Guarderías, licenciada Yadira Barreras, Thelma Salado Islas y arquitecto José A. Verdugo, el día 8 de julio de 2005, a esa unidad a su cargo comento de las situaciones encontradas”, comienza el oficio firmado por Emigdio Martínez García, en ese entonces jefe de Prestaciones Económicas y Sociales de la delegación del IMSS en Sonora.

Entre las observaciones que se hacen destacan las siguientes:

“Equipos de acondicionamiento de aire. El inmueble cuenta con una máquina de aire acondicionado instalada sobre el muro de la calle Ferrocarrileros y red de ductos, los cuales no están en operación; le solicito reparar el equipo en virtud de que las condiciones de confort de la sala de usos múltiples no son aceptables”.

“Patio de juegos: se sugiere instalar malla sombra al 80 % sobre la estructura de la techumbre del patio exterior, debido al clima caluroso de la región”.

El oficio termina diciendo: “Solicito me envíe actualización de dictamen aprobatorio del Departamento de Bomberos, ya que se cuenta en los archivos, concluyó vigencia el 25 de julio de 2005 […] seguro de contar con la solución a los puntos en comento, en los términos que establece la cláusula décima cuarta —conservación y mantenimiento— un plazo que no podrá exceder de 30 días naturales a partir de la fecha de notificación correspondiente”. La fecha de notificación, de acuerdo con los sellos de la documentación, es del 2 de agosto de 2005.
Los cambios nunca se hicieron. Ni se harán ya.

LO IMPORTANTE SON LOS COSTOS DE OPERACIÓN Y EL CURLY WILLOW

Una vez renovado el contrato de subrogación, los dueños de la Guardería ABC intensificaron su activismo como integrantes de una Asociación de Dueños de Guarderías de Sonora, creada por esas fechas. Algunos de los logros patronales fueron informados en una carta dirigida a la antes gerente del restaurante el Gallo de Guanajuato, y luego coordinadora nacional de Guarderías en el gobierno de Felipe Calderón, Carla Rochín Nieto. De acuerdo con este escrito, el IMSS, gracias a la lucha de la noble asociación, eliminó algunos requisitos: “La contratación del médico epidemiológico, colación reforzada vespertina, menús tan costosos, perfiles de personal con alta escolaridad, con la finalidad de que al bajarnos la cuota de 2 mil 19 pesos a mil 951 pesos bajáramos nuestro costo de operación y lográramos seguir operando”.

Esta nobleza del negocio de los niños subrogados consiguió que familiares del gobernador de Sonora, Eduardo Bours Castelo, esposas de funcionarios públicos, asesores financieros del PRI, así como maquiladoras, Clubes de rotarios y Cámaras de Comercio decidieran también entrarle al negocio. Cuidar niños de padres y madres trabajadoras asegurados, nada más en Sonora, de acuerdo con documentación oficial, significa un movimiento de 27 millones 288 mil 207 pesos al mes. Entre los inversionistas del ramo aparecen nombres como el de María de los Ángeles Félix Bours, prima del mandatario estatal, a quien el seguro social le cedió la operación de tres guarderías en Sonora, más otra que está a nombre de su esposo, Antonio Scheleske. El IMSS le paga a los propietarios de las guarderías subrogadas dos mil 401 pesos mensuales por cada niño, aunque en el caso de que sean municipios fronterizos, el pago es de dos mil 797.73 pesos. De acuerdo con este dato, los dueños de la ABC, donde había registrados por lo menos 196 niños, recibían cada mes 470 mil 596 pesos.

María de los Ángeles Félix Bours, quien podría ser considerada “la zarina de las guarderías de Sonora”, se casó en 2006 con Antonio Scheleske, en una ceremonia que, como debe ser, fue reseñada el 31 de octubre de 2006 en la sección de sociales del periódico El Expresso. Para la boda de la próspera empresaria del mundo infantil subrogado “se ocupó una megaproducción que ocupó 10 tráileres, 85 mil rosas, miles de orquídeas, mil paquetes de curly willow y de follajes, así como de la construcción de un espejo de agua”.

AMORTIZAR ES UNA PALABRA CARIÑOSA, ¿O ME EQUIVOCO?

El servicio de guarderías en el IMSS tiene más de 60 años de existencia. Originalmente fue concebido como una prestación exclusiva para las madres trabajadoras del instituto. Bajo este esquema se crearon las Guarderías Madres IMSS, que hasta el día de hoy dan servicio a mil 595 pequeños de entre 45 días y seis años. En 1973, la exigencia social de otorgar esta prestación a los demás trabajadores asegurados hizo que el gobierno federal iniciara la operación de las guarderías ordinarias del instituto, en las cuales el IMSS asumía la responsabilidad de cuidar a los niños.

Sin embargo, a partir del sexenio de Miguel de la Madrid, mediante el Plan Nacional de Desarrollo 1983-1988, se aprobó un llamado “Plan de expansión del servicio de guarderías”, basado en un nuevo esquema, llamado entonces “participativo”, el cual años después daría origen al de la subrogación. Este esquema operaba en su inicio en comunidades con menos de tres mil trabajadoras aseguradas y la prestación de servicios corría a cargo de una asociación civil con la que el IMSS firmaba un convenio. En 1988, el modelo “participativo” se amplió a todas las ciudades.

Fue en 1996 cuando apareció por primera vez en documentación oficial el esquema vecinal comunal, mejor conocido entre los bondadosos tecnócratas como esquema de subrogación, el cual tenía como objetivos principales, según relatan documentos oficiales consultados: “Aprovechar la infraestructura del mercado” y “basar los costos de operación en una economía competitiva”. Bajar los costos de operación en una economía competitiva quiere decir que mientras el seguro social invierte cuatro mil 628.53 pesos por cada niño inscrito en una guardería no subrogada, en una subrogada, el gasto que hace es de tan sólo mil 997.17 pesos por niño. “Esto es una cifra superior a 125% del costo amortizado”, presume el documento consultado.

¿POR QUÉ NO SUBROGAMOS MÉXICO O DE PERDIDO LA PRESIDENCIA?

Aunque venía de tiempo atrás, la ‘changarrización’ del cuidado de los hijos de trabajadores se incrementó en los sexenios de Vicente Fox y Felipe Calderón. Socios de nulo conocimiento y experiencia en el cuidado infantil, pero con relaciones privilegiadas y una bien aprendida capacidad de lucro sin muchos escrúpulos, se hicieron cargo del negocio, que no de la gran responsabilidad que entraña cuidar a un niño. A cambio de la atención improvisada y precaria, los socios obtuvieron mejores rendimientos mensuales en sus cuentas bancarias.

Los contratos de subrogación, en ambos sexenios, fueron otorgados por el seguro social sin licitación alguna de por medio. Un total de 707 beneficiados recibieron adjudicaciones directas entre 2001 y 2007. La red de corrupción, que les entregó de manera privilegiada a los dueños de la Guardería ABC la subrogación, es la misma que los ayudó a escapar de la acción de la justicia luego del incendio del 5 de junio de 2009, y es la misma que sigue protegiéndolos hasta la fecha.

Ninguno de los propietarios dio el pésame en persona a los padres de los niños fallecidos. Al contrario, tres días después se declararon “víctimas” del siniestro, e incluso Antonio Salido se atrevió a poner una denuncia penal contra quien resultara responsable por “daños materiales ocasionados por el incendio”.

Vaya paradoja: si la Guardería ABC hubiera estado operada exclusivamente por el IMSS, y no por influyentes e ineptos particulares, los promotores de la privatización del país estarían exigiendo hoy la subrogación de todas las estancias infantiles públicas.

Después del 5 de junio de 2009, vale la pena preguntarse: ¿qué pasaría si mañana subrogáramos el IMSS?, ¿qué pasaría si mañana subrogáramos México?

¿En cuánto tiempo sucederá algo así?, ¿sucederá?

PRÉSTAME UNA LONA Y HAGA MARAVILLAS

¿Cuántas y cuáles otras subrogaciones, igual de desconocidas como lo eran las de las guarderías, están en manos de personas a las que no les importan las responsabilidades con la sociedad, sino el negocio? “Yo sólo era una socia capitalista”, fue todo lo que pudo decir ante el Ministerio Público la pariente de Bours y de Margarita Zavala, Marcia Matilde Altagracia Gómez del Campo Tonella, tras el siniestro de la Guardería ABC.

La subrogación es el Caballo de Troya de la privatización. El siniestro de la estancia infantil desvela el andamiaje de algo aún más preocupante que no alcanzamos a ver del todo. Acorralado por las críticas enfocadas hacia él, el gobernador de Sonora, Eduardo Bours, se los advirtió a sus compañeros de viaje en esta cruzada por desmantelar el estado: “Yo le decía a alguien el otro día, que estaba muy crítico en esto, oigan: «Por supuesto que hay que investigar a los culpables, pero dénse cuenta que lo que se va a poner a juicio es la subrogación, el concepto de la subrogación. Después de lo de las guarderías no van a tardar en decir, bueno también equis cosas en Pemex, o equis cosas aquí, o equis cosas allá». Tenemos que entender muy bien el concepto. Yo no creo que ese concepto esté mal, yo estoy convencido de que ese concepto no está mal”.

El incendio de la Guardería ABC fue causado por el quebrantamiento generalizado del Estado de derecho. El contubernio entre autoridades y particulares es tan evidente que no le pide nada a la definición de delincuencia organizada que prevé la ley, y que el actual gobierno invoca de manera constante en su mentada guerra contra el narco.

La colorida lona del patio central de la Guardería ABC simboliza la ilusión en la que estamos atrapados, el engaño del poder. Vivimos esclavizados por las apariencias. Detrás de lonas como esta que nos coloca el sistema, hay techos de láminas y plafones que pueden incendiar la realidad en cualquier momento.

WELCOME HERMOSILLO

El chícharo en la oreja izquierda se le cae. La ciudad de Hermosillo se queda por un instante sin información alguna sobre lo que pasa en sus calles, en el momento en que miles han salido de nuevo a marchar para pedir justicia. Mutis hertziano. José Luis Jara resuelve rápidamente la complicación con el “manos libres”, la rebelde extensión de su celular. Parece que este reportero grandulón y moreno siempre anda en guardia, atento a lo que pueda surgir. Se toca el cable del auricular, habla de nuevo, suda como todos, camina y se mete entre los ríos de gente, con carriolas y sin ellas, que acompañan a los padres de los niños fallecidos en el incendio de la Guardería ABC. Ya está reportando de nuevo las novedades del recorrido silente.

Desde la cabina de la estación, el conductor Carlos Aparicio le lanza una pregunta tras otra: “¿Cuánta gente hay hoy?, ¿qué dicen las cartulinas?, ¿hay políticos infiltrados?”; el diálogo radiofónico fluye. A través del 95.5 de FM, José Luis Jara responde. Es un malabarista y la ciudad se entera al momento de lo que le está pasando a sí misma.

En las cinco semanas siguientes al 5 de junio de 2009, se hizo tradición que los sábados, después de las seis de la tarde, miles de personas salieran a caminar por las calles en una especie de manifestación (los cartelones reclamaban la aplicación de la ley y cuestionaban el desinterés de las autoridades). También podía tratarse de una peregrinación espiritual (quienes iban en la marcha no gritaban consignas, permanecían callados y vestían de blanco), ante la cual era frecuente que a esas horas los oídos de la ciudad estuvieran atentos a las voces que salían de una estación de radio operada por técnicos, conductores y reporteros que se sienten más ciudadanos que profesionales, y que, para ser sinceros, como personajes del mundo de la radio, tienen más de Manu Chao que de un típico locutor de voz engolada y probable pelo engominado. Eran los de “La Bemba”, una estación de radio comunitaria que opera la asociación civil Comunicadores del Desierto.

Radio Bemba se convirtió rápidamente en la frecuencia preferida de los trabajadores asegurados que perdieron a sus hijos el 5 de junio en el incendio de la estancia infantil subrogada por el IMSS. Y además del gran empeño con el que estos periodistas hacen su trabajo, no es que los padres en movimiento tuvieran muchas opciones para elegir luego del repentino silencio que hubo en algunos medios de comunicación, en especial en el periódico El Expresso, el segundo en circulación en la ciudad.

LOS PERIÓDICOS SON PARA DIVERTIRSE, NO PARA INFORMAR

Después de que El Expresso publicó la noticia de que había sido girada una orden de aprehensión en contra de los dueños de la guardería, uno de ellos, Alfonso Escalante Hoeffer, empezó a presionar para que el periódico dejara de publicar cualquier información relacionada con el caso. Escalante Hoeffer es cuñado del empresario Ricardo Mazón, hermano de Patricia Mazón, esposa del dueño del periódico, Julio Luebbert. Al mismo tiempo, y de cara a las elecciones del 5 de julio, el gobernador Eduardo Bours también presionó a todos los medios de comunicación, incluido El Expresso. Días después de la tragedia, seguía viéndose muy difícil todavía que Alfonso Elías Serrano, el candidato de Bours, un gobernador tan popular y poderoso, pudiera perder la elección. Además, el hijo del dueño del periódico participaba activamente en la campaña de Elías Serrano como coordinador financiero en el estratégico puerto de Guaymas. Era evidente que El Expresso había tomado partido por el PRI, por lo que la censura sobre los sucesos del 5 de junio de 2009 se presentó inevitablemente en las páginas del diario.

Una noche, el propietario llegó gritando a la redacción y empezó a discutir con jefes y editores sobre la cobertura de la tragedia, diciendo que estaba harto de la presión que ejercía su familia sobre él, que para él este tipo de cosas eran algo nuevo y que no estaba dispuesto a soportar las presiones que implica tener un medio de comunicación, que ya había logrado soportar la coacción del gobierno y de mucha gente, pero no la de su familia. Delante de reporteros y editores, el empresario Luebbert anunció: “No se publicará nada más sobre la Guardería ABC. Asumo las consecuencias que para la credibilidad del periódico va a tener esto, asumo las consecuencias que para el proyecto del periódico pueda tener esto. La verdad es que yo quería divertirme con el periódico, quería retirarme con un proyecto que construyera algo para Sonora, pero con el paso de los meses me he dado cuenta que es muy difícil tener un medio de comunicación”.

Varios reporteros, con poco sentido de la diversión, consideraron renunciar en las horas siguientes, vaciar el periódico; sin embargo, los jefes les pidieron calma, ya que pensaban que la orden podía cambiar en los días siguientes. Los reporteros esperaron, pero nada cambió. Todo siguió igual de divertido en el diario. El periódico no publicaba ni una línea sobre lo que sucedía alrededor de la Guardería ABC. Poco a poco, en las semanas siguientes, algunos periodistas fueron renunciando.

Sin embargo, el hecho de que uno de los principales medios de comunicación de la ciudad omitiera informar de sucesos como la marcha de 30 mil personas por las calles de la ciudad, todo un acontecimiento histórico en Hermosillo, no provocó demasiadas protestas entre los lectores. Una estudiante de la Universidad de Sonora fue de las pocas que decidió ir a la redacción a decir que si bien el periódico tenía el derecho de publicar los contenidos de su preferencia, ya que es una empresa privada, también debía ser consciente del derecho de los ciudadanos a informarse.

OK, HAY QUE HACER JUSTICIA, NADA MÁS DEJA VER QUÉ BENEFICIO SACO

La noche del 5 de julio de 2009, para muchos la única certeza en Sonora en torno a la elección de gobernador era que el voto de castigo contra Eduardo Bours, a causa del manejo de la tragedia de la Guardería ABC, permitiría la posibilidad de que existiera alternancia por primera vez en la historia de Sonora.

Un día después, cuando su triunfo era prácticamente inminente, el panista Guillermo Padrés daba entrevistas en un salón del hotel Fiesta Americana. A punto de iniciar la conversación, le llamó el presidente Felipe Calderón para felicitarlo. El de Padrés había sido el único triunfo del panismo en los comicios de 2009. “Yo ya sabía que iba a ganar. No fue a causa de los lamentables sucesos de la Guardería ABC”, insistió, pese a que encuestadores como Roy Campos aseguran que la tragedia fue un factor determinante del triunfo panista.

La tragedia de la Guardería ABC tuvo otros efectos políticos menos visibles. Desató una pugna al interior del gobierno federal. Daniel Karam, director del IMSS, se enfrentó con Juan Molinar Horcasitas, secretario de Comunicaciones y Transportes, quien durante su paso como director del seguro social había autorizado, en diciembre de 2006, que continuaran las operaciones de la Guardería ABC, pese al reporte que denunciaba serias fallas de seguridad.

Dos días después del siniestro, Molinar Horcasitas envió a un equipo de asesores a Hermosillo para analizar la documentación, pero al llegar a la delegación del IMSS en Sonora, los empleados de Karam les impidieron el acceso a la información. El conflicto creció cuando Karam, en su comparecencia con legisladores, dijo que él no era partidario en especial de ningún modelo de guarderías, mientras que Molinar Horcasitas había hecho una apasionada defensa, en diversos medios de comunicación, del esquema de subrogación mediante el cual operaba la Guardería ABC.

Si alguna vez en Los Pinos pensaron en Molinar Horcasitas como posible precandidato presidencial, luego del incendio de la Guardería ABC tal posibilidad quedó en el pasado.

¿DÓNDE ESTÁ EL MANUAL QUE DIGA CÓMO PODEMOS SER CÍNICOS Y SEGUIR SONRIENDO?

Una semana antes de que entregara la gubernatura de Sonora al panista Guillermo Padrés, el priista Eduardo Bours llegó a Los Pinos para tomarse el café que le había invitado el presidente Felipe Calderón.

—Se manejó muy mal lo de la Guardería ABC —le dijo a botepronto el anfitrión.

—¿Dónde está el manual que diga cómo se debe manejar un incendio en el que mueren 49 niños? —respondió Bours.

La que fuera una buena relación, incluso estratégica en los comicios presidenciales de 2006, después del siniestro de la estancia infantil del IMSS se había convertido en una guerra declarada entre ambos gobiernos. Amigos y colaboradores cercanos al exmandatario priista reconstruyeron el trasfondo de la crisis desatada por el incendio de la Guardería ABC.

Cuatro días después de la tragedia ocurrida el 5 de junio, Bours confirmó en entrevista telefónica con la periodista Carmen Aristegui que una de las beneficiarias de la subrogación del IMSS era Marcia Matilde Gómez del Campo, prima de la primera dama, Margarita Zavala, lo cual provocó malestar en el gobierno federal.

En los días siguientes, Milenio y El Universal revelaron, previa filtración de documentos, que otros amigos y familiares de Bours también eran beneficiarios de estancias infantiles subrogadas. El domingo 21 de junio de 2009, el IMSS anunció, sin avisarle a Bours, que demandaría civilmente a la administración sonorense por el siniestro.

Un día después de este anuncio, el entonces gobernador de Sonora llamó al secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, con quien tenía una vieja relación de amistad.

—Dile a Molinar Horcasitas que ya le baje o le seguimos hasta donde tope —pidió Bours.

—No es él —contestó Gómez Mont.

—Claro que es él. ¿A poco crees que me la voy a creer que es Karam? Molinar es el titiritero de todo esto.

Según la versión recopilada con fuentes cercanas a Bours, Gómez Mont le dijo ese día que, en los resultados de los sondeos de opinión que se estaban haciendo, al gobierno de Sonora le achacaban menos que al IMSS la responsabilidad por el siniestro. “¡Pues claro que sí!, porque el seguro social es el responsable”, habría dicho Bours, de acuerdo con sus amigos. “Pues eso no lo vamos a permitir”, acabaría Gómez Mont con la conversación.

Para ese entonces, las protestas encabezadas por los padres de los niños fallecidos, mezcladas con el proceso electoral, eran cada vez más numerosas y enérgicas en sus reclamos. Bours, de acuerdo con un informe oficial, visitó personalmente en sus casas a 32 de los 49 padres que perdieron a sus hijos durante el incendio, pero no pudo aminorar el enojo de los deudos. La visita más difícil de este tipo, coinciden sus cercanos, fue la que le hizo a Patricia Duarte. Duarte, madre del pequeño Andrés Alonso, lo encaró directamente y le exigió que encarcelara a los dueños de la guardería por no cumplir con las medidas de seguridad. A la larga, la mamá de Andrés Alonso se convertiría en una de las principales participantes del Movimiento Ciudadano por la Justicia 5 de Junio, junto con su esposo José Francisco García y otros padres como Abraham Fraijo, Roberto Zavala y Julio César Márquez.

En el equipo de Bours se asegura que hubo también padres que recibieron de forma tranquila al entonces gobernador y que una de las madres hasta le dijo que lo admiraba y que no quería saber más sobre lo que había pasado. “Lo único que quiero yo en este momento es que me devuelvan a mi hijo y eso ya no es posible”, afirman que le dijo a Bours.

JURO QUE YO SÍ ERA UN PROFESIONAL DE LA POLÍTICA

El hecho de que los propietarios de la guardería incendiada —dos altos funcionarios del gobierno estatal y un conocido recolector de fondos del PRI— tuvieran vínculos con el poder, y que no fueran detenidos ni encarcelados, aumentaba el malestar entre los deudos, quienes acusaban a Bours de proteger a sus amigos. Aunque pocos lo creen, el equipo del exmandatario insiste en aseverar que no podían hacer nada para detener, ni siquiera para arraigar a los due- ños, debido a las leyes vigentes, y que incluso, cuando trataron de hacerlo con el representante legal, Marcelo Meouchi, fracasaron.

El periodista Ramón Alberto Garza, director de la revista electrónica Reporte Índigo, llamó a Bours para pedirle una entrevista en medio de la crisis. Al final le recomendó que para atender la problemática le hiciera como los patos, que primero se meten al agua y luego se sacuden. O sea, que detuviera a los dueños de la forma en que pudiera, y luego, si estos quedaban en libertad, se desentendiera. Él habría cumplido.

Alfonso Escalante, Sandra Téllez, Marcia Gómez del Campo, Gildardo Urquidez y Antonio Salido, los dueños de la guardería, no querían dar la cara tras los sucesos. De hecho, la única conferencia de prensa que han dado fue gracias a la presión que ejerció el exmandatario, quien les exigía que se responsabilizaran públicamente. Esos días fueron ríspidos, y como resultado, quedó una mala relación entre casi todos los dueños y Bours. A principios de 2010, durante la boda del empresario Alejandro Calles, Bours y Sandra Téllez se toparon, pero la dueña de la Guardería ABC le volteó la cara al exmandatario y evitó saludarlo.

En ese momento, el exgobernador ya tenía abiertos muchos frentes. El más importante era el del gobierno federal. La relación con Calderón, cultivada a través de la dirigente magisterial Elba Esther Gordillo, se había deteriorado rápidamente en los primeros meses de 2007. La ruptura definitiva se hizo evidente cuando, en una reunión de la Conferencia Nacional de Gobernadores, Bours acusó al presidente Calderón de incumplir promesas de campaña para Sonora. “Gavilán que agarra y suelta no es gavilán”, le parafraseó, consiguiendo su enojo.

Sobre el apoyo de Bours a Calderón en las elecciones de 2006, los miembros de su equipo lo aceptan, pero aseguran que este se ha magnificado en las columnas de opinión. “Se trató de un pronunciamiento público, no de una operación electoral. No es lo mismo Sonora que Oaxaca. ¿Aquí cómo compras un voto?, es muy difícil hacer esas cosas”, explica uno de los estrategas de Bours. Cuentan sus seguidores cercanos que, en caso de que no hubiera sucedido el siniestro de la Guardería ABC, el exgobernador estaría metido de lleno en la vida política nacional. “Durante muchos años lo quisieron desencarrilar, empezando por Manlio Fabio Beltrones, quien le decía que la política era para profesionales, no para improvisados como él. Bours todavía tenía mucho que dar”, dice uno de sus mejores amigos y colaboradores.

CHIN, CÓMO NO NOS TOCÓ UNA TRAGEDIA A NUESTRO FAVOR

Tras su derrota en los comicios, Alfonso Elías Serrano culpó a Eduardo Bours de la derrota a causa del pésimo manejo que hizo de la tragedia de la Guardería ABC. Semanas después regresó al senado, donde se alió con el coordinador priista Manlio Fabio Beltrones, enemigo acérrimo de Bours. El exgobernador, por su parte, ha dicho en corto que no cree que la Guardería ABC haya sido el único factor que provocó la derrota del PRI en Sonora.

Flor Ayala, directora del DIF durante el gobierno de Bours, ganó la elección de diputada local en el distrito donde está instalada la Guardería ABC, así como también lo hizo Ernesto de Lucas, exsecretario de su gobierno, quien obtuvo el triunfo para la legislatura federal en el mismo distrito. Ambos son priistas y están ligados ineludiblemente a Bours.

De acuerdo con el entorno del exgobernador, la campaña de Elías Serrano había sido floja. “Fue un candidato peor de lo que pensaba”, ha dicho el exmandatario, al mismo tiempo que suele decir que quizás Antonio Astiazarán hubiera sido una mejor opción como candidato. A fin de cuentas, su rival interno en el PRI de Sonora, el alcalde de Hermosillo, Ernesto Gándara, tampoco hubiera sido una opción conveniente. ¿El presidente municipal que autorizó operar a la guardería ahora pedía el voto para ser gobernador? “La derrota hubiera sido aplastante”, estiman personas cercanas a Bours.

Floja fue la campaña de Elías Serrano, ya que llegó a cancelar hasta cuatro actos en un día, y jamás se paró en 37 de los 72 municipios del estado. De acuerdo con un empresario que suele prestar autobuses para las campañas de los candidatos del PRI a la gubernatura, Manlio Fabio Beltrones le regresó el camión con 16 mil kilómetros recorridos; Armando López Nogales, con 14 mil; Eduardo Bours, con 33 mil, y Elías Serrano, con apenas 600.

“Se creían ganadores porque el gobierno estaba muy bien posicionado, pero pasó lo de la guardería y todo cambió. Había que ponerse a trabajar en la campaña”, suele lamentarse Bours.

HAY COSAS QUE NUNCA CAMBIAN, HAY OTRAS QUE SÍ

Sonora no es la misma después de la tragedia de la Guardería ABC. Ha vivido una revolución silenciosa.

1. Antes del 5 de junio de 2009, el gobernador Eduardo Bours era visto como un mandatario moderno, demócrata y hasta presidenciable, mientras que hoy, aunque duerma como bebito, forma parte de la enciclopedia de gobernantes feudales tipo Mario Marín o Ulises Ruiz Ortiz.

2. El hecho contundente y trágico de que hijos de trabajadores eran mal cuidados en una bodega de la ciudad mandó al carajo las ínfulas arrogantes de pensar que Sonora era ya de “primer mundo”. El mito se desvaneció bajó los techos de plafón.

3. Nadie pensaría que un grupito de matrimonios aficionados a viajar a Las Vegas o Denver los fines de semana, y que hacían el desagradable favor de mostrar su buena vida pagando planas enteras en las páginas de sociales de los periódicos locales (en lugar de mejorar las instalaciones de una de sus guarderías subrogadas por el IMSS), estaría prófugo, evadiendo la justicia.

4. Pensar, en mayo de 2009, que la habitualmente apática ciudad de Hermosillo se iba a llenar cada sábado de junio de ríos de gente, marchando y protestando contra una intrincada red de corrupción que mató a niños, era inimaginable.

5. Imaginar que un grupo de jóvenes trabajadores —lo mejor que tiene este país— iba a cimbrar a México, al exigir justicia, en lugar de resignarse a aceptar la muerte de sus hijos como un “asunto divino”, no estaba en los planes de los que mandan en Sonora y en México.

Sí, en Sonora hubo una tragedia en el mes de junio. Pero también hubo una revolución silenciosa.

A VECES QUEDAN HUELLAS QUE NO SON RECUERDOS

Cruces blancas, calzado infantil y fotografías sacadas de álbumes familiares están acomodados en una esquina de la plaza Emiliana de Zubeldía. Nadie sabe a bien la historia de cómo fue construido este improvisado espacio, donde se recuerda a los 49 niños fallecidos. Lo único que está claro es que ninguna autoridad tuvo que ver con la transformación de ese espacio.

A la par de las ruidosas acusaciones entre funcionarios, los comicios y la fuga de los responsables, en la ciudad fueron apareciendo homenajes cotidianos y callados en torno a las víctimas del siniestro: unos estudiantes de arte pintaron murales de bebés en las calles a la redonda, un joven de Ciudad Obregón escribió una obra de teatro en torno a lo sucedido y un vendedor ambulante de hot dogs puso en su carrito el dibujo que hizo su hija de cinco años sobre “los 49 angelitos”.

Unos homenajes son más profundos que otros. Rayones largos y gordos color naranja, en forma de zig zag, empuñados sobre un pedazo de cartulina que se dobla de las esquinas y que ahora cuelga en la plaza Emiliana. La fuerza de un niño que dibuja niños, trazos de llamas imaginando un incendio que sí ocurrió en realidad. Para los niños es difícil separar la realidad de la imaginación. Ternura rara de tragedia. El de César Jarel no es el único dibujo inspirado en el siniestro de la Guardería ABC. Hay otros más, como el de Érika Nicole, que pinta monitos, figuras con los brazos en alto que miran hacia donde viene cayendo algo, nebuloso, extraño y seguramente malo. Marcelo hace todo lo contrario con sus lápices de color: la réplica de un bodegón, que sin embargo no parece tener el techo de plafón, sino de tejas. Ni fuego ni caos ni niños. Sobre las tejas del techo resbalan tiernos corazones.

Los niños de la Guardería ABC parecen saltar y saltar en la cartulina de Maura Angélica. La nebulosa se queda en medio de ellos y arriba, un arcoíris. Alison dibuja una casa por donde salen en fila los niños. Luis pinta con delicadeza a una mujer de rasgos suaves y benignos, con alas, que entre sus brazos sostiene a un bebé. En otra cartulina también dibuja a una mujer acuclillada, entre carriolas, carritos de juguete y muñecos de peluche, con una pared al fondo, que tiene pintadas y repetidas tres letras: “A-B-C, A-B-C, A-B-C…”.

Una plaza pública agolpa recuerdos de los niños de Hermosillo.

UNOS ZAPATOS EN LA PLAZA

Emiliana de Zubeldía fue una maestra de música de origen español que, tras viajar por todo el mundo, decidió quedarse a vivir en Hermosillo, hasta su muerte en 1986. Una plaza pública ubicada frente al campus de la Universidad de Sonora adoptó su nombre, años después. La plaza, además de estar a un lado de la zona universitaria, está muy cerca del centro de la ciudad, un área bulliciosa y de pequeños comercios populares que contrastan con las grandes avenidas, llenas de franquicias estadounidenses, donde los hermosillenses replican el sueño americano.

En la Plaza Emiliana, de día suelen encontrarse las minorías gay, tribus urbanas como la de los emos, o estudiantes que protestan, o ejidatarios despojados venidos de tierras yaquis. Es un espacio público donde la gente se encuentra. De noche, en cambio, los encuentros no los provocan una causa o una moda, sino los carritos de hot dogs para hermosillenses trasnochados.

Sin embargo, después del 5 de junio de 2009, la plaza no es identificada solamente como la Plaza Emiliana de Zubeldía, o la de los emos, o la de los hot dogs, sino como la plaza de los niños, el lugar donde, espontáneamente, la ciudad recuerda a los niños de la Guardería ABC.

Fue la tía de una de las niñas la primera en traer los zapatitos blancos de su sobrina para colocarlos junto a una de las veladoras que rodeaban la cruz, hecha por unos jóvenes artistas en homenaje a los niños. Horas después, la mamá de la niña colocó un muñeco de peluche rosa junto a los zapatitos; después otra mamá trajo otros zapatitos de su hijo muerto, y así continuaron apareciendo zapatitos en la explanada principal de la Plaza Emiliana de Zubeldía, o de los niños. Zapatitos azules, zapatitos de charol, zapatitos blancos, zapatitos de gamuza, zapatillas de niña, muchos zapatitos. Un cajón negro y alrededor de él, como enredaderas que no se separan, decenas de cruces blancas. Cada una acompañada por un juguete, una estampita religiosa, una carta, un muñeco de peluche, un rosario, una foto de un niño sonriente o una mamila de plástico.

Un zapato de bebé dice más que mil palabras. Vivimos en el presente un claro descrédito de la palabra. Las palabras poco cambian las situaciones imperantes. Los políticos con poder cuentan mentiras la mayor parte del tiempo, y los demás, periodistas o no, hacemos eco de esas mentiras. La palabra termina siendo usada para confundir. La cadena de corrupción que mató a los niños de Hermosillo continúa intacta, funcionando como si nada hubiera pasado. En nuestro país, el poder de la razón para conseguir justicia es tan sólo una ilusión. La palabra no es más fuerte que la espada.

Es útil detenerse a mirar un minuto la explanada principal de la Plaza Emiliana de Zubeldía para entender lo que sucedió en Hermosillo el 5 de junio de 2009.

Para entender lo que nos pasa y para entender la lucha emprendida por el Movimiento Ciudadano por la Justicia 5 de Junio, pues a los niños de los padres que lo conforman les fue negada la más básica de las garantías individuales consagradas en la Constitución: el derecho a la vida.