¿Qué hacemos con las campañas?, por @mariocampos

A veces me pregunto si los que cambiaron fueron los políticos – que parecen cada vez más cínicos – o si somos los ciudadanos los que somos más críticos, mejor informados y organizados. Como sea, no recuerdo haber visto – en ya más de 20 años de ser un observador de la vida pública – un desprecio mayor de los gobernantes por la opinión de sus gobernados.

Hay que ver lo que ha pasado con el PAN. Hace unas semanas conocimos de las grabaciones al diputado local Edgar Borja en las que negociaba moches. ¿Cuál ha sido la consecuencia? Si bien el PAN nacional decidió que lo iba a expulsar, Borja sigue siendo legislador y parte de su grupo parlamentario pues en opinión del presidente de la Comisión de Gobierno, el perredista Manuel Granados, no se le puede sacar pues violentaría sus derechos humanos. Es decir, su dieta y prestaciones siguen intactas.

En el PRD está el caso de Jesús Valencia, delegado de Iztapalapa que fue descubierto conduciendo dos camionetas propiedad de proveedores de su delegación. ¿Le costó el cargo? No, es más, todavía aspira a continuar su carrera política ahora como diputado plurinominal.

Del PRI también hay tela de donde cortar. Como botón de muestra está el caso de Heliodóro Cárdenas quien renunció a su cargo en el Infonavit luego de publicar en redes sociales que le había regalado un Porsche a su hijo. Si bien siempre dijo que era una broma, ahora cada claro que su separación al cargo obedeció no a la protesta, sino a sus planes de buscar una diputación federal.

Y es así, en este clima, que caminaremos rumbo a las elecciones.

Quizá por ello es que se ha generado un sano debate sobre cuál debiera ser la respuesta ciudadana ante lo que viene. Algunos invitan a anular, otros – entre los que me incluyo – proponen construir agendas ciudadanas que deban ser suscritas por los aspirantes, habrá quienes apostarán por los candidatos independientes y por supuesto no faltará quien piense que los propios partidos pueden cambiar.

En cualquier caso la pregunta es qué rol tendremos los ciudadanos durante el proceso electoral y no solo el día de la elección. ¿Toleraremos las precampañas y campañas como espectadores pasivos, o habrá una presión social que recuerde las historias de cada uno de los aspirantes?

Entiendo que algunos apostarán por blindarse de la crítica al colocarse como cabezas en las listas plurinominales para garantizar un lugar. En casos así quien debería pagar los costos de sus actos son los partidos que los cobijen.

El año 2015 es una oportunidad para que el activismo ciudadano del 2014 se haga sentir. Tocará a los ciudadanos, medios de comunicación y Organizaciones de la Sociedad Civil demostrar que hay ganas y capacidad para que empiecen a cambiar las cosas y mostrar que si ellos, los políticos, son los mismos de siempre, los votantes, hoy son diferentes. Veremos.

(MARIO CAMPOS)