06066 | Trastorno por videojuegos

Opinión

A partir de la próxima semana, la Organización Mundial de la Salud reconocerá el trastorno por videojuegos como parte de los problemas relacionados con la salud mental. ¿Pero qué demonios es?

Les trajeron un nuevo PlayStation o destinaron su aguinaldo para hacerse de un Nintendo Switch o un Xbox One? ¡Felicidades! Y es que a partir del próximo año, es decir, la próxima semana, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconocerá el “trastorno por videojuegos” como parte de los problemas relacionados con la salud mental, y lo que bien podría ser una broma adelantada por el Día de los inocentes, terminó por convertirse en una triste realidad.

Pero, ¿qué demonios es el trastorno por videojuegos?

Supongo que a estas alturas, muchos estarán diciendo: “yo juego cuando quiero”, “yo controlo al videojuego, no el videojuego a mí” y “¿qué tanto es tantito?”. Si creen que la OMS está exagerando, repasemos algunos síntomas que diversos médicos han reconocido que pueden colaborar a generarnos estrés, ansiedad y depresión, características que componen el famoso “trastorno por videojuegos”, ¿les parece?

Primero, que levanten la mano los que no pueden dejar pasar un solo día sin jugar videojuegos. Y sí, temo decirles que el Candy Crush, la granja de Facebook y Pokémon Go también cuentan, no se hagan.

Ahora, levanten la mano aquellos que prefieren seguir jugando en vez de comer, trabajar, pasear o dormir.

Aceptémoslo: una de las escenas nocturnas más comunes entre los gamers es cuando llega el momento de decir “una vida más, un nivel más, un partidito más”, y rájatelas, de repente el reloj da las tres de la mañana. ¿Y qué me dicen de aquellos que de su hora de comida, destinan 57 minutos para seguir jugando, y los otros tres en devorarse una Maruchan frente a su computadora?

Por último, ¿qué hay de los que, a pesar de que han sido diagnosticados con algún daño en la salud o en el comportamiento, prefieren seguir jugando?

Si se identificaron con alguna o todas las situaciones anteriores, enhorabuena, entran en la definición de trastorno por videojuegos.

Aunque no todo es una tragedia. La comunidad científica ha rechazado la definición, ya que la asociación entre el uso de videojuegos y las enfermedades mentales no está del todo probada. Además, se teme que la definición del trastorno desate el pánico entre jugadores moderados que podría derivar en diagnósticos erróneos y prematuros, especialmente entre niños y adolescentes. Aunque, bueno, es imposible no pensar que alguien sufre un trastorno cada vez que desconecta la consola, avienta un control o rompe la televisión por perder un partido de FIFA, ¿no lo creen?