Un Marcelo en cada gobernador, por @monocordio

¿A poco no sería genial? Imagínense que de pronto en México la justicia dejara de tener un uso político y el marcaje personal que ha tenido Marcelo Ebrard lo tuvieran todos aquellos que gobiernan o han gobernado una entidad en este país.

Pensemos por un momento que este gobierno no diera tregua ni tuviera piedad para quienes han tenido en sus manos presupuesto público y han tomado decisiones que nos afectan a todos.

Imaginen que a cada gobernador o funcionario público con altas responsabilidades se le escrute sin escrotos, sin nada de que es intocable o amigo del Presidente. Que se revisen sus propiedades, sus cuentas, su familia, sus relaciones, sus licitaciones y contratos.

No parece tan difícil cuando se tiene voluntad política. Volvamos a Marcelo: ya hay detenidos e incluso prófugos relacionados a la catástrofe de la Línea 12. Y le siguen buscando. Y aunque Ebrard se defiende, el daño político está hecho y parece irreversible. Lo que sucede es que en México la voluntad política sirve para hacer ajustes de cuentas y cobrar facturas políticas. Y mientras no se mida con la misma vara a todos los que detentan el poder, la justicia no será justicia, sino el vil ejercicio institucional de la “vendetta”.

Dice Marcelo que es el gobierno federal quien quiere destruirlo, dicen otros que es Mancera. Yo creo que están trabajando en equipo. Pero más allá de dónde venga la orden para atormentarlo, lo cierto es que se le está investigando con acuciosidad. ¿No merecen lo mismo otros insignes gobernantes? ¿No merece un trato así el señor Javier Duarte gobernando el estado de Veracruz, donde hay más periodistas asesinados por el crimen organizado?

¿No tendría que haber un marcaje personal así como el que hay contra Marcelo Ebrard sobre Eruviel Ávila, al gobernar el estado con más feminicidios en el país? ¿O qué me dicen de Manuel Velasco en Chiapas y las acusaciones sobre desvío de recursos, encubrimiento del exgober Sabines, y la insistente participación política de su señora madre, de un modo similar a como actúan los señores padres del gobernador de Jalisco y de Nuevo León, respectivamente?

Viendo lo que puede hacer un gobierno comprometido con escarbarle a un político hasta encontrarle, siento hasta feíto de que no se la apliquen igual al gobernador de Quintana Roo, Roberto Borge, quien pese a la violencia que existe en su estado mantiene una excelente imagen en los medios de comunicación que compra, censura o edita, según el caso.

Estas palabras no pretenden defender a Marcelo Ebrard, sino exigir a las autoridades que con la vara que ahora se le mide sean medidos los demás gobernadores, exgobernadores y funcionarios públicos, incluido el Presidente de la República. Sin tregua, sin piedad, hasta el fondo. Si así fuera, este sería otro país.

(FERNANDO RIVERA CALDERÓN)