MADRES Y PADRES DE FAMILIA PARTICIPAN EN LABORES DE REPARACIÓN EN LAS ESCUELAS

Por: Redacción
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Se conforman comités de transparencia y vigilancia y a través de asambleas informativas realizan el diagnóstico de las necesidades para decidir en qué se invierte el recurso económico.

“La Escuela es Nuestra, Mejor Escuela”, es un programa del Gobierno de la Ciudad de México que permite la rehabilitación de los espacios educativos, mediante un esquema que permite a madres y padres de familia vigilar y aplicar los recursos oficiales asignados. Para el ciclo escolar 2023-2024, el presupuesto de 350 millones de pesos será destinado al mantenimiento menor de las escuelas públicas, como  apoyo para la reparación de sanitarios, compra de mobiliario, computadoras, mesas, pizarrones y pintura, entre otros. Alejandra Márquez Torre, Directora General del Fideicomiso Bienestar Educativo, asegura que la colaboración de los padres de familia es de suma importancia: “Cuando se lance la convocatoria por parte de los directores y el Fideicomiso, asistan a las asambleas, realicen su diagnóstico, elijan a su comité de vigilancia y elijan el componente”. Son 2 mil 798 escuelas  las que forman parte de este programa, cuyo apoyo económico primero se aplica en dos etapas: en la primera, se entrega el recursos a 2 mil planteles, y en la segunda se entrega a los 798 centros educativos restantes.

La primera fase de este programa ya se ejerció en el primer semestre de 2023, mientras que para la segunda se convocará a los 798 planteles restantes en el regreso a clases para que realicen su asamblea y elijan los componentes que se van a adquirir o mejorar, según las necesidades del inmueble. Las madres y padres de familia conforman los comités de transparencia y vigilancia, a través de asambleas informativas realizan el diagnóstico y eligen en qué van a invertir el recurso económico, que se asigna cada año para cada plantel. Posteriormente, se les entrega un monedero electrónico con el que podrán gastar hasta 60% del presupuesto para la compra de materiales y el resto para la mano de obra en caso de ser necesario. El presupuesto se otorga con base al número de alumnos inscritos y al número de aulas en los planteles; mediante un tabulador se determina el monto que se asignará para el ejercicio.

Aún falta participación

Karen es mamá de tres hijos y ha formado parte de las asambleas de “La Escuela es Nuestra, Mejor Escuela”, desde que sus gemelos asistían al jardín de niños hasta ahora, donde el mayor pasó a secundaria y los dos menores están en quinto grado de primaria. Desde entonces, la madre de 30 años ha notado la evolución y las mejoras a partir de que se implementó el programa. En su experiencia, lo que dificulta que se lleve a cabo esta iniciativa de la mejor manera, es la falta de participación por parte de madres y padres de familia y que, una vez conformadas las asambleas, se pongan de acuerdo. “Para mí es un excelente programa porque hay papás que son de muy bajos recursos y no tienen para la cuota. Por ejemplo, en la escuela donde están mis hijos es cuota voluntaria, no es obligatoria, y se usa para la compra de cosas menores como un apagador, un foco o un céspol”, asegura.

Derecho constitucional

Antes de la llegada del programa, el mantenimiento menor se daba a través de las “cuotas de padres de familia”. Bajo ese esquema de cooperación, las escuelas no recaudaban el dinero necesario debido a que los papás o tutores no contaban con el recurso económico para la aportación, señala Márquez Torre. Fue en el periodo de gobierno de la doctora Claudia Sheinbaum que se detectó el deterioro y el abandono de las escuelas públicas, se hizo una evaluación y se puso en marcha “La Escuelas es Nuestra, Mejor Escuela”, en el que los padres de familia ya no tienen que dar ninguna cuota, debido a que las escuelas cuentan con un presupuesto asignado cada año y que bajo ninguna circunstancia puede disminuir, siempre debe ser el mismo o aumentar.

Entre noviembre y diciembre de 2022, las iniciativas de este programa, así como de “Mi Beca para Empezar”, fueron enviadas al Congreso de la Ciudad de México, en donde se aprobaron como derecho constitucional. Desde entonces, en la Carta Magna quedó establecido que las escuelas deben contar con este recurso económico, que además, podrá crecer anualmente. “Bienestar para niñas y niños, Mi Beca para Empezar”, enfocado a estudiantes del nivel básico de la CDMX cuenta en este ciclo con 6 millones 821 mil pesos, para hasta un millón 250 mil alumnas y alumnos durante un lapso de 10 meses. Las madres y los padres de familia que deseen inscribir a sus hijos en este programa tienen del 28 de agosto al 30 de septiembre, para recibir la beca en octubre, en caso de ser la primera vez.

Fotografía: cortesía. Texto por Miriam Jiménez