Cómo debes tirar tus medicinas

Al arrojar tus medicamentos a la basura, pones en riesgo la salud de todos y el ambiente. Deshazte de ellas de forma segura

ARTE: JUAN BILLY

Cuando abres tu botiquín, ¿te enfrentas con una avalancha de ungüentos, jarabes y antibióticos inacabados? Probablemente los has guardado ahí por mucho tiempo porque no sabes qué hacer con ellos. Pero eso está a punto de terminar.

Cualquier fármaco con fecha vencida o que ya no utilizas es considerado un residuo peligroso para la Comisión Federal de Protección de Riesgos Sanitarios (Cofepris), y desecharlo incorrectamente puede tener dos efectos: contaminar el ambiente o ser recolectado para su reventa en tianguis y mercados, atentando contra quienes lo compran a un precio más bajo.

Por eso, en 2007 se funda el Sistema Nacional de Gestión de Residuos de Envases y Medicamentos (Singrem), que se encarga de la recolección y transportación de fármacos hasta las plantas de destrucción.

Desde su inicio a la fecha, han logrado retirar de los hogares mexicanos dos mil toneladas de sustancias con fechas vencidas. En la ciudad, el sistema empezó a funcionar hasta el 2011 y en seis años la recolección ha sido de 500 toneladas, colocando a la CDMX como la entidad que más medicamentos desecha en el país.

Para lograr un proceso de recolección exitoso, se instalaron contenedores de propileno de alta resistencia. Tan solo en la CDMX hay 1,100 repartidos en farmacias, clínicas y hospitales.

“Los contenedores solo reciben sustancias que la gente desecha, pues las farmacias tienen procesos especializados para continuar con el proceso. Devuelven los medicamentos a su proveedor y las empresas son las que se encargan de contratar los servicios de destrucción, así que lo recolectado es de los usuarios”, explica José Antonio Aedo, director general del Singrem.

El especialista afirma que, en menos de una década, la cultura de desechar correctamente las medicinas ha crecido, pero todavía es incompleta. “El primer año recolectamos nueve toneladas en la ciudad y, así como vamos, este año podríamos rebasar las 600 toneladas. Sin embargo, no estamos al 100% seguros. Los mercados ilegales y el impacto ambiental continúan”, asegura.

Medicina que enferma

Los riesgos de tirar a la basura las medicinas deben entenderse desde tres puntos de vista: el ambiental, el comercio ilegal y la salud.

En el primer rubro, tirarlos en la basura para que terminen en los tiraderos de cielo abierto es un problema ecológico, pues estamos hablando de sustancias químicas que pueden tener efectos diversos en la fauna o provocar que los microorganismos generen resistencia a los antibióticos”.

Asimismo, al llover o al mezclarse con lixiviados —líquidos generados por la descomposición de la basura—, se filtran al subsuelo y contaminan los cuerpos de agua subterránea.

Respecto al comercio ilegal, la Unión Nacional de Empresarios de Farmacias (Unefarm) destaca que la venta de medicamentos robados, la falsificación de productos y la comercialización de sustancias con fecha vencida, tanto en mercados, tianguis e internet, son los principales ilícitos que padece la industria farmacéutica en México, los cuales, además de provocar pérdidas económicas —50 millones de pesos en lo que va de 2017—, ponen en riesgo a la población.

“La venta ilegal también es un severo riesgo para la salud porque se compromete la vida de quienes los consumen, principalmente pacientes con enfermedades crónicas. Imagínate si una persona tiene problemas de presión arterial o diabetes, si su medicamento no le hace el efecto que necesita, puede caer en un coma, por eso las fechas de caducidad marcan hasta dónde un producto puede convertirse en un problema”, comenta José Antonio Aedo.

Además de los daños a la salud por el consumo, la toxicidad de los medicamentos puede afectar a quienes separan o pepenan la basura, pues las sustancias se absorben al estar en contacto con ellas y ponen en riesgo a ese grupo.

Hasta quedar sin rastro

Acabar con los medicamentos inservibles es una tarea que se ejecuta por pasos. El primero es que las personas depositen sus fármacos en los contenedores que hay en clínicas, hospitales y farmacias. Entonces, el Singrem hace recorridos periódicos para recoger los desechos en bolsas especializadas, las cuales son selladas y pesadas en presencia del responsable de la farmacia para llevar un conteo.

“Las bolsas se llevan a cualquiera de los 17 almacenes que hay en el país y, cuando se junta la cantidad necesaria, se transportan a las plantas de destrucción”, dice Aedo.

Ya en la planta, las medicinas se someten a un proceso de destrucción por calor a 1,500 °C, convirtiéndose en un mínimo de “cenizas inertes” inocuas.

“Es un proceso vigilado, se hace con estándares de calidad para que las empresas no contaminen. En pocos años se ha dado un gran paso en la recolección, pero falta que muchas personas se sumen para reducir los impactos que provocan los medicamentos que no ocupan”, dice Aedo.

Curarse en salud también aplica a esta práctica que, de hacerla de manera responsable, no provocará efectos secundarios.

En cifras:

  • 1,100 contenedores de medicamentos se ubican en farmacias, clínicas y hospitales.
  • 2011 fue el año en el que la ciudad empezó a recolectar sus fármacos caducos.
  • 50% de las medicinas recolectadas en los contenedores son analgésicos, antibióticos y antiinflamatorios.