Un inmigrante de algún país latinoamericano llega a Nueva York para cumplir ese sueño con el que todos alguna vez han soñado: ser un exitoso actor en Broadway. Como suele suceder, el sueño americano se queda precisamente en eso: una ilusión de mal gusto que muy pronto se desvanece. Vivir en La Gran Manzana no es una cosa sencilla, mucho menos si vienes del sur, ya no digamos de México -que es lo que se pensaría normalmente- sino de Argentina.
Más que la situación económica o la perspectiva laboral -que ya de por sí son difíciles- lo más complicado de irse a vivir al extranjero es adaptarse a una nueva forma de vida y a una cultura completamente distintas. Don’t touch me, amigo del argentino Fernando Gambaroni, es una comedia unipersonal que refleja el complejo proceso de asimilación que vive un individuo en las grandes ciudades.
¿Qué es lo que define la identidad?, ¿el idioma?, ¿el lugar de origen? Quizá nada de eso o quizá todo junto. Pedro es un hombre sencillo, poco carismático y profundamente solo que, con el paso del tiempo, se incomoda al hablar de su propio país o en su lengua materna. ¿Para qué hacerlo si eso sólo lo convertirá en un objeto “excéntrico” para los neoyorkinos?
Después de numerosas funciones en Nueva York, Don’t touch me, amigo llega a nuestro país gracias a la producción de la compañía B Teatro. Con dirección de Antonio Vega este unipersonal, aunque no está pensado para un público mexicano, devela un mundo frívolo en el que el contacto humano asusta. That’s it, the american dream.
Miércoles a las 20:30hs. Casa Actum (calle Héroes del 47 #9, Coyoacán)