Abuchean al GDF en concierto de fin de año

Por última vez en 2013 un tramo del Paseo de la Reforma fue “bloqueado” por la gente, pero a diferencia de las 8 mil y tantas marchas ocurridas en el año recién concluido, esta vez unos 50 mil capitalinos se reunieron para bailar y recibir el 2014 al ritmo de cumbias y merengue.

Esos mismos de capitalinos que abarrotaron la avenida desde la Glorieta de la Palma a Insurgentes, no dudaron en abuchear al director del DIF, Gamaliel Martínez, cuando éste subió al escenario -interrumpiendo el concierto de los Ángeles Azules- para ofrecer un mensaje del Jefe de Gobierno, Miguel Mancera.

De inmediato, miles de capitalinos comenzaron la rechifla a lo largo de Reforma, lo que provocó nerviosismo y yerros en el discurso del funcionario capitalino.

“Esta ciudad está trabajando para que logremos esas metas. Feliz año nuevo, muchas felicidades a todos por este 2012. Por este año 2013 que se va a convertir en 2014”, corrigió el funcionario, quien después de esas palabras no logró retomar el hilo de su intervención por las continuas rechiflas, hasta que después de medio minuto un Ángel Azul rescató al director del DIF.

“A ver vamos a hacer algo: los Ángeles Azules estamos celebrando el año nuevo y queremos que toda la gente esté contenta. Así que vamos a recibir el 2014 con alegría y algarabía como lo hace la gran familia mexicana”, dijo uno de los hermanos Mejía antes de presentar un video con edificios representativos de las 16 delegaciones previo al inicio de la cuenta regresiva del último minuto del año.

Con la llegada del 2014 y los diez minutos de juegos pirotécnicos y luces, los miles de asistentes dejaron atrás su descontento con el mensaje del gobierno y continuaron la fiesta al ritmo de los éxitos más conocidos de los Ángeles Azules.

La presentación del grupo originario de Iztapalapa se extendió hasta la una de la madrugada, lo que permitió a los 50 mil asistentes calentar el cuerpo en una fría noche en la capital.

Después de la cumbia, llegó el rito caribeño del grupo Merenglass, que también puso en movimiento a los capitalinos hasta alrededor de las dos treinta de la madrugada.

(MANUEL LARIOS)