Ciclistas se adueñan de la ciudad de México

La ciudad sintió ruedas esta mañana. A las 7:00 en punto miles de personas ya se preparaban en el Hemiciclo a Juárez para rodar por las calles de la capital mexicana.

Antes de arrancar ajustaron los últimos detalles: el aire de las llantas, el asiento recto, los frenos, el chaleco fosforescente para hacerse notar a esas horas en las que el sol apenas comienza a asomarse, la hidratación y el calentamiento para evitar lesiones.

Sin aviso las bicicletas arrancaron sobre avenida Juárez, entre barullo y emoción llegaron a Reforma, desprevenidos los pocos automovilistas y peatones se percataron poco a poco de que los ciclistas se estaban adueñando de la ciudad.

Paseo de la Reforma se transformó en una pista de velocidad, ahí la emoción se volvió fuerza y las bicicletas, una tras otra, aumentaron el ritmo para así lograr su meta.

10 kilómetros después de Polanco al Bosque de Chapultepec, más visitantes se unieron a la rodada, muchos de ellos saliendo de metro auditorio rápidamente se sintonizaron con los demás participantes.

La Diana y el Ángel de la Independencia se transformaron en escenarios para que familias y amigos posaran para la foto. Los selfies tampoco se hicieron esperar, con una mano el volante y con la otra sostenían el celular para registrar su desempeño a lo largo de la competencia.

La confusión vino en Insurgentes pues la ruta no estaba marcada y los policías no supieron orientar a los participantes, algunos se siguieron por dicha avenida otros se adentraron en las calles de la Condesa en donde personal de tránsito tuvo que improvisar cortes a la circulación y rutas alternas.

Enrique Rosas, ciclista primerizo, señaló que la ruta no se siguió como estaba indicado en el mapa, situación que causó confusión.

Al final ambas rutas se unieron a la altura de Viaducto, quizá uno de los tramos más complicados para los ciclistas a causa de la subida que puso a sudar a los deportistas.

El cierre de avenida Insurgentes para automóviles fue total, únicamente el metrobús continuó con su trayecto cotidiano.

8 kilómetros antes de la meta más ciclistas se sumaron a la competencia, una que otra caída y llantas ponchadas  fueron los únicos percances que se presentaron durante el recorrido, nada de gravedad.

A la altura de metrobús Dr. Gálvez los ciclistas notaron la última cumbre que habría que subir antes de la meta, policías alentaban a los competidores: “¡vamos ya falta poco!” y ellos pedaleaban con más fuerza en el último tramo.

Al superar la cuesta las bicicletas retro sonaron sus campanas, los experimentados alzaron las manos, otros tantos soltaron gritos de alegría, el Estadio Olímpico Universitario los estaba esperando: estaban ya en la meta.

Maria Luisa compartió que en cada competencia en la que ha participado “siempre resulta gratificante llegar a la meta, es una forma de sacar el estrés y de demostrarte que con esfuerzo puedes llegar a donde te propongas, sobre todo cuando no hay premios o medallas que te lo recuerden”.

Miguel Granados, ciclista de 24 años, dijo que “este tipo de proyectos impulsan el deporte en nuestra ciudad y que es una forma de acercar a la gente a practicarlo”.

De acuerdo al jefe de gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera, más de 10 mil ciclistas participaron en la competencia.

Esta rodada masiva fue en honor a la ruta de los Juegos Olímpicos de 1968, consistió en recorrer 42 kilómetros con meta final en el Estadio Olímpico Universitario y es un previo al maratón de la ciudad de México que se llevará acabo el próximo 31 de agosto.

(ALEJANDRA CRAIL)