“Declaración de principios”, por Guillermo Osorno

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 Esta columna que comienza hoy está sostenida (jeje, sostenida) por una idea básica: la ciudad de México es un gran acontecimiento; el mejor ejemplo de nuestra cultura y genio nacional. Táchenme de optimista (que no lo soy), no me importa.

Lo que trataré de argumentar cada semana no es nuevo ni original, sino que refleja algo que están diciendo desde hace algunos años los sociólogos y economistas, por ejemplo, Edward Glaeser, profesor de la universidad de Harvard, que estudia la economía de las ciudades.

Glaeser argumenta en The Triumph of the City (El triunfo de las ciudades, Taurus, 2011). que estas aglomeraciones humanas, con todos sus problemas como el tráfico, la basura, la delincuencia, la contaminación, posibilitan que la especie humana florezca. Las ciudades reducen el espacio físico entre las personas y nos permiten interactuar, trabajar, jugar y, sobre todo, intercambiar visiones distintas e ideas. Las ciudades nos hacen más inteligentes, más productivos y, en buena medida, más felices.

Y yo creo que algo de esto se puede ver en la ciudad de México. Creo que muchos lectores estarán de acuerdo conmigo si, además, les digo que hoy en esta ciudad se siente una efervescencia especial. Es algo que he escuchado de extranjeros que visitan el DF o se mudan para acá, y también de chilangos que se fueron y regresan de visita.

Mi propósito en este espacio es dejar constancia de estas victorias de lo urbano, de los buenos proyectos, tanto productivos como de placer: de la cultura, los museos, los restaurantes, las exposiciones, los conciertos. A veces se leerá como una recomendación semanal de qué ver, hacer, comer o a dónde ir. Otras, podrá leerse también como una queja contra toda medida, funcionario, organización o persona que impida este desarrollo.

Creo que algunas veces hablaré de lujos prohibitivos, pero la mayoría de las veces de placeres asequibles. También hablaré de libros: me encantan los que hablan de urbanismo e historia de la ciudad, así como las crónicas del pasado y el presente, pienso que una manera de pensar la ciudad es también mirar como se escribe sobre ella.

¡Anímate y opina!

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* Guillermo Osorno es director de la revista Gatopardo y cronista de la ciudad. Fue director de la revista dF y compilador de los libros ¿En qué cabeza cabe? (Mapas, 2004) y Crónicas de otro planeta (Random House, 2008). Es egresado de la escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia y profesor de periodismo narrativo en la maestría de periodismo y asuntos públicos del CIDE.

(Guillermo Osorno)