El bebé del Metro Pantitlán

A los cuatro meses de embarazo, María Zamora Nieto decidió decirle a su mamá y hermana que estaba embarazada. Lo ocultó porque era el tercer hijo que tendría con el mismo joven que no la apoyaba a mantener a los niños y sabía que su familia se molestaría.

Amor, un impulso o una ilusión, no se sabe, hizo que Mari, como le dicen en casa, se animara a tener un tercer descendiente el cual terminó por nacer el 30 de abril pasado en un pasillo sucio del Metro Pantitlán.

Al instante el bebé se convirtió en una celebridad que lo llevará a gozar de toda una vida de viajes gratis en ese transporte.

La familia de la joven no parece estar muy animada con el nuevo bebé. Quizá sea porque Mari tiene otros dos niños, uno de lo cuales no camina a pesar de tener cuatro años de edad.

Sin casa propia, se siente como “arrimadita” con su hermana y cuñado. O quizá también porque la familia sabe que el dinero nunca es suficiente cuando se trata de criar hijos.

Y esos problemas no se resuelven con “la fama de 5 minutos” ni con boletos gratis.

Pollitos de tianguis

María Zamora terminó el sexto año de primaria y después de esto jamás volvió a pisar un salón de clases.

Desde hace cinco años viaja de su casa ubicada en Ixtapaluca, Estado de México hasta el centro del DF para comprar pollitos de juguete, los cuales vende en un tianguis de Iztapalapa en 10 pesos la pieza.

Aunque el negocio de los pollitos no siempre es muy bueno. Mari llega a vender seis o siete o a veces ninguno, así que es necesario que la suerte siga brillando para el recién nacido en el Metro, pues la vida de su familia es difícil.

Un difícil comienzo

Ixtapaluca es uno de los municipios de la zona oriente del Estado de México con mayor pobreza según cifras del gobierno estatal.

Desde aquí, todos los días, una horda de hombres y mujeres se levantan de madrugada para viajar al DF y llegar a los empleos que no encuentran en sus comunidades. Mari es una de ellas.

Ayer, el bebé nacido en el Metro Pantitlán enfrentaba problemas de salud por haber nacido en un lugar poco salubre pero el médico que lo atiende dice que a pesar de la adversidad es un niño con suerte y que su evolución da esperanzas para la madre y para el menor.

(JOSUÉ HUERTA)