El chilango que ayudó al descubrimiento de las ondas gravitacionales

El chilango Guillermo Adrián Valdés Sánchez contribuyó en el descubrimiento de ondas gravitacionales, de las que se había buscado pruebas de su existencia desde hace 100 años.

Valdés Sánchez es parte de varios de científicos provenientes de todo el mundo que, el 14 de septiembre de 2015, observaron por primera vez una onda gravitacional en el Observatorio de Ondas Gravitacionales por Interferometría Láser (LIGO, por sus siglas en inglés).

En entrevista para el Conacyt, el científico mexicano explicó que LIGO utiliza cientos de sensores, micrófonos, sismómetros, magnetómetros y detectores de rayos cósmicos que monitorean diversos fenómenos, entre ellos la onda gravitacional.

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“Si un fenómeno acontece, es detectado con mayor amplitud por estos sensores. De esta manera, si no hubiera presentado las características de una onda gravitacional, se descartaría automáticamente; sin embargo, lo que registraron los sensores en ese histórico 14 de septiembre no podía ser otra cosa que una onda gravitacional”, explicó.

Sin embargo, el descubrimiento pudo ser publicado hasta el 11 de febrero de 2016, después de cinco meses de intenso trabajo para confirmar que en realidad se trataba de una onda gravitacional.

“Esta detección no sólo tiene impacto en la ciencia, el entendimiento del universo siempre tiene un gran impacto en la humanidad y el experimento LIGO es un ejemplo de lo que los seres humanos somos capaces para lograr metas que pareciesen inalcanzables”, afirma el joven científico.

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El mexicano de 35 años es originario de la Ciudad de México, cursó la carrera de Ingeniería en Electrónica y Comunicaciones en el Instituto de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) Campus Ciudad de México.

Obtuvo una beca por parte del Centro de Astronomía de Ondas Gravitacionales para realizar una maestría en física en la Universidad de Texas, en Brownsville (UTB). Durante su estancia hizo sus prácticas profesionales en el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) en Maryland y fue parte vital durante la construcción del Nompuewenu Observatory, el primer observatorio del sur de Texas.

Gracias a una beca otorgada por el Conacyt actualmente estudia un doctorado en física en la Universidad de Texas en San Antonio (UTSA), ha sido reconocido por la universidad y recibió el título de LIGO Scientific Collaboration (LSC) por dos periodos seguidos.

(Información y foto: Conacyt)