“La cándida Eréndira”, por @marcealguerra

Eréndira vende dulces y limpia vidrios en el cruce entre Vasco de Quiroga y Roberto Medellín. En pleno Santa Fe, a pocos pasos de grandes corporativos y en medio de autos de lujo la adolescente aprovecha las horas pico para sacar algunas monedas. Aborda al conductor incauto que por mandar un mensaje en el celular o simple distracción se da cuenta demasiado tarde que Eréndira ya roció su parabrisas con una mezcla de agua sucia y jabón.

Sin embargo, su historia no es única. Todos hemos visto a esos niños, pequeños habitantes de banquetas y camellones de la ciudad. De acuerdo con el censo 2011- 2012 “Tú también cuentas IV” elaborado por la Secretaría de Desarrollo Social del DF existen en la ciudad 4,014 personas en situación de calle. La mayor parte, más de 50%, tiene entre 18 y 40 años y el 84% son hombres.

Aunque no son la población mayoritaria, las mujeres y los niños tienden a ser el sector más vulnerable. De acuerdo al informe “Niños, Adolescentes y Jóvenes en Situación de Calle” de la Secretaría de Seguridad Pública Federal del abril de 2011 adolescentes como Eréndira están en un alto riesgo de sufrir violencia sexual, embarazos a temprana edad y enfermedades derivadas de la vida en la calle.

Vivimos en una ciudad donde ya se han reivindicado los derechos sociales de sectores vulnerables de la población. Sin embargo, los ojos del chilango parecen haberse acostumbrado al caso de los niños en situación de calle. Todos los días se les niega el derecho a una vida digna, a la protección de la salud, a la educación y a la protección de la familia.

A pesar de los esfuerzos del Gobierno Federal como la instalación de refugios temporales para la población indigente en las calles Reforma y Artículo 123. El problema de la indigencia en la ciudad es de causas estructurales. Cuando una persona decide vivir en las calles tiene ya un pasado que la ha orillado a salirse de su núcleo familiar. El maltrato, la pobreza y la violencia en la familia son algunos de los detonantes para el comienzo de la indigencia.

 Afortunadamente, a pesar de la falta de visibilidad de este problema existen asociaciones civiles como Fundación Pro Niños de la Calle, Ednica y Casa Alianza entre muchas otras que han tomado esta problemática en sus manos y busca darle a niños como Eréndira un mejor futuro.


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Marcela Alcántara Guerra es chilanga, politóloga y entusiasta de los derechos humanos.

(MARCELA ALCÁNTARA GUERRA)