La tecnología, al servicio del luto

La muerte en el 2013 tiene un nuevo rostro, uno que se puede ver por medio de una pantalla a kilómetros del velorio o “revivir” al muerto por medio de un smartphone, así, las casas funerarias Gayosso y J. García López, las más populares del país, presentan sus nuevas opciones de servicios: funerales virtuales y esquelas con código QR.

Oscar Padilla, Director Ejecutivo de J. García López explica que innovar en los servicios funerarios “es una nueva visión sobre el complejo momento de despedir a un ser querido” y, al igual que el Gayosso, concuerdan en que este tipo de servicios tan tradicionales, serios y conservadores, deben no morir, pero sí renovarse.

FUNERAL VIRTUAL

Para el 2014, la agencia funeraria Gayosso colocará cámaras dentro de las salas de velación, no para vigilar a los asistentes, sino para que quien no haya podido asistir, pueda observar todo desde su computadora o dispositivo móvil vía internet.

De este modo, los familiares y amigos que viven en otro país, otro estado o simplemente no pueden acudir al acto de despedida, tendrán el consuelo de ver todo por la web.

Aunque aún no hay una fecha de lanzamiento, se prevé que será para el próximo año, las primeras salas de velación en contar con el servicio serán las del Distrito Federal, dado que hay mayor demanda y se cuenta con mayor infraestructura para echar a andar el proyecto.

Dentro de otras novedades que presenta esta agencia está la florería virtual, donde se pueden comprar los arreglos para muerto y personalizar los mensajes desde cualquier dispositivo con internet.

Otra más es la línea exclusiva de urnas ecológicas que permiten que los restos se reincorporen al entorno natural.

ESQUELAS SIN PAPEL

“Hoy J. García López apuesta por la creatividad y la innovación adoptando la tecnología del código QR que permitirá a las familias rendir un homenaje a aquellos que se despiden”, comentó Oscar Padilla.

Estas esquelas digitales con código QR son legibles en cualquier smartphone; se podrá acceder a un video con momentos significativos en la vida de la persona a la que se despide, rindiendo un homenaje a su vida.

De esta forma, una tradición tan sobria como las esquelas se convierte en un recuerdo con una gran carga emocional; el código está puesto en el guión entre la fecha de nacimiento y deceso (1930 – 2013), al colocar el lector del teléfono, aparecen imágenes emotivas del difunto.

(CRISTINA SALMERÓN)