Los une el petróleo; los separa la mariguana

Sólo coinciden en que la liberalización de la mariguana es un tema de los partidos de izquierda, pues debe eliminarse el estigma contra los jóvenes que la consumen que, a su vez, necesitan mucha más información.

El PRD, aseguran, no lo plantea como un debate moral, sino de libertades y salud pública. Aunque la de Vidal Llerenas –de la corriente progresista— y el bejaranista Eduardo Santillán no son dos posturas irreductibles, es difícil que haya consenso, admite el segundo.

¿Regulación, despenalización o liberalización?

Para Llerenas, el término adecuado para la mariguana es regulación: “¿Cómo podemos regular mejor la venta y el consumo. Implicaría despenalizar, claro… y tener espacios donde pueda haber consumo y mecanismos de producción”.

En México, el consumo de mariguana no está penado, siempre y cuando sean 5 gramos. Lo que se sanciona es la producción, comercialización y distribución. Por ello, Santillán asegura que ya existe una regulación y el debate debe centrarse en qué tan adecuado es el ejercicio de liberalización y si el consumo puede hacerse sin limitación alguna.

Sobre las facultades que tiene la Asamblea Legislativa para regular el tema de drogas, Llerenas asegura que tiene algunas en materia de salud y penal, como dar prioridad cero a ciertas conductas, como la portación y la autoproducción. El 70 por ciento de los consumidores, asegura, han tenido algún problema con la ley, porque la cantidad que se puede portar y consumir es pequeña.

Santillán es radical: “La ALDF carece de facultad para una política que permitiera la producción, distribución y venta de mariguana. El hecho de que la ALDF pudiera pretender legislar sobre sustancias prohibidas generaría una controversia constitucional. Alguien podría no ser detenido por la Procuraduría del DF, pero sí por la de la República”.

¿Más consumo?

Sobre la relación entre la liberalización y el aumento en el consumo, las posturas de Llerenas y Santillán son radicalmente opuestas. Además, el primero plantea la despenalización tanto para uso medicinal como recreativo, mediante clubes de mariguana.

“En realidad la percepción del riesgo es muy baja. Las experiencias recientes no muestran un gran incremento. En cualquier caso, nadie esperaría un incremento brutal, dado que tampoco se está planteando una venta en oxxos y superes”, explicó el progresista.

Pero para Santillán, ese es precisamente uno de los principales riesgos, ya que en México los consumidores suman alrededor de 4 millones 700 mil personas, aunque sigue siendo el más bajo en América Latina. La liberalización debe plantearse en países con altos índices de consumo, dice, como Estados Unidos.

La regulación de la mariguana también se relaciona con la capacidad del sistema de salud para atender las adicciones. Llerenas acepta que ni en México ni en ningún otro lado es suficiente, pero “el prohibicionismo no ha impedido que la gente consuma drogas”.

Según Santillán, el combate a las adicciones es uno de los puntos más vulnerables: si el tratamiento es caro para problemas de tabaquismo o alcoholismo, mucho más en el caso de drogas. “Las clínicas de rehabilitación en el país están absolutamente rebasadas”, acusa.

¿Ven una ciudad diferente si la mariguana se legaliza?

“No mucho –afirma Vidal Llerenas—, la gente lo ha decidido hacer”.

“Evidentemente que sí –contrasta Santillán—, tiene que centrarse el tema y el debate. No podemos pretender resolver un problema de seguridad pública generando un problema de salud. Evidentemente, me parecería muy riesgoso que hablemos de que la mariguana es una droga con poco riesgo. No hay drogas legales o ilegales con poco riesgo”.

Legalizar la mariguana puede implicar que pasemos de 4.7 millones hasta 15 millones de consumidores, concluye el bejaranista. Agrega que en el DF hay facultades expresas y limitaciones: “No nos metamos en un problema que en este momento no tenemos”.

Vidal insiste en que el debate es de los países productores y en que el consumo no aumentará: “La gente va a decidir consumir más drogas y más nos vale tener un buen esquema para estas personas, porque si no, lo que vamos a tener es que las vamos a perseguir y van a estar en contacto con el crimen organizado”.

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“Veremos un incremento de consumo de drogas en México un poco hagamos lo que hagamos”.

Vidal Llerenas

“Algo muy grave es que los países productores liberalicen y se mantengan restricciones en los países consumidores, porque entonces generarías un efecto de concentración interna del mercado. Tendríamos una mayor cantidad de mariguana en el país, cuando su exportación sería ilegal. Me parecería un enorme riesgo que la ciudad se convierta de la noche a la mañana en un importante productor de mariguana de manera legalizada”.

Eduardo Santillán

“Conozco mucha gente que consume mariguana, la mayoría es perfectamente funcional. Hay un porcentaje de personas que tienen un consumo abusivo. En general, no parecería haber problemas letales”.

Vidal Llerenas

“Ojalá el consumidor de mariguana fuera como los amigos que tal vez Vidal y yo conozcamos, que se trata de un profesionista de clase media de un nivel de educación importante. Ese segmento tal vez tiene un consumo esporádico. A mí me preocupa el joven de las colonias, que no tiene oportunidad de educación”.

Eduardo Santillán

“La autoproducción para autoconsumo también debería permitirse. Me parece absurdo que tener una mata en tu casa sea un delito. Es un asunto global. Clubes y autoproducción, en una primera etapa sólida, para que te permita controlar”.

Vidal Llerenas

“Durante el sexenio de Calderón se contabilizaron poco más de 70 mil muertes relacionadas con narcotráfico o delincuencia organizada, pero en el mismo periodo hubo 300 mil muertes por problemas relacionados con tabaquismo y alcoholismo. El requisito indispensable, fundamental, es un sistema de salud que pueda afrontar una circunstancia de esta naturaleza.

Eduardo Santillán

(Marcela Nochebuena)