Murió rinoceronte blanco del Zoológico de Chapultepec

Khartoum, el rinoceronte blanco que habitaba en el Zoológico de Chapultepec falleció a causa de insuficiencia renal, padecimiento que presentó desde 2006 y que fue tratado con medicamentos y analgésicos, recomendados bajo el más estricto seguimiento de los protocolos médicos.

La Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) de la Ciudad de México, detalló que el espécimen nació el 28 de agosto de 1990 en el Zoológico de Phoenix, Arizona, EU, y llegó al Zoológico de Chapultepec el 11 de noviembre de 1995, donde vivió hasta el día de hoy.

De acuerdo con la Dirección General de Zoológicos y Vida Silvestre, se determinó que la causa de su enfermedad era por herencia genética ya que tanto padres como hermanos murieron por los mismos padecimientos.

Khartoum, cuyo nombre hacia referencia a una ciudad africana, fue uno de los pocos rinocerontes en cautiverio que formó parte del programa de Entrenamiento por Condicionamiento Operante, cuyo objetivo es obtener respuestas favorables para el manejo clínico del ejemplar mediante la utilización de estímulos positivos, lo que permitió también enriquecer su comportamiento y proporcionarle bienestar.

Con este programa, fue posible administrarle medicamentos, monitorear su estado de salud mediante revisiones y toma de temperatura, entre otros, sin necesidad de suministro de anestesia.

Desde que le fue detectada su enfermedad se le proporcionaron todos los cuidados y tratamientos necesarios, bajo los cuales vivió durante ocho años.

Sin embargo, en fechas recientes Khartoum presentó nuevamente insuficiencia renal, misma que fue tratada oportunamente con diversos medicamentos y analgésicos, recomendados bajo el más estricto seguimiento de los protocolos y de bienestar animal.

Khartoum fue uno de los pocos rinocerontes en cautiverio que formó parte del programa de Entrenamiento por Condicionamiento Operante cuyo objetivo es obtener respuestas favorables para el manejo clínico del ejemplar mediante la utilización de estímulos positivos, lo que permitió también enriquecer su comportamiento y proporcionarle bienestar.

Gracias a esta estrategia, fue posible administrarle medicamentos, monitorear su estado de salud mediante revisiones y toma de temperatura, entre otros, sin necesidad de suministro de anestesia.

(JENNIFER ALCOCER)