Salir del “clóset” en la escuela

Jesús Eduardo Herrera tiene 18 años, es delgado y de piel canela, nariz afilada. Usa pupilentes verdes, se pinta las uñas de color rosa fluorescente y es trabajadora sexual trans. Se sabe homosexual desde niño y a los 12 años lo dijo.

“Todos los sabían, pero yo solo se lo confesé a mis amigas de la escuela, a los niños no porque me molestaban, me gritaban cosas, las típicas. Eso me dolía, me hacía llorar”.

Sin embargo, cuenta Jesús, eso no fue lo más difícil.

“Con las mamás es lo más complicado, a mí me dijo que estaba desilusionada, ella pensaba que le iba a dar nietos, que iba a tener una esposa. Decirle a una mamá que su hijo es gay, se les derrumba todo”, confiesa Jesús.

Después de contarlo a su madre, se salió de casa por un año, hasta que ella lo contactó: “me marcó y regresé, hablamos, lloramos juntos y ahora estamos muy bien”, cuenta el chico originario de Pachuca.

Salir cuando algo empuja

Así como Jesús, muchos homosexuales saben que lo son desde niños, pero transitan el proceso en silencio, quieren evitar el rechazo, ese que viene desde adentro.

“La orientación sexual es una condición con la que nacemos y así como a unos niños les dan ganas de besar a una niña, hay niños que quieren besar a otros niños. Y ahí van los problemas, ‘no deberías sentir eso’, pero es algo que sentimos, que ordena el cuerpo”, explica Jaime López Vela, presidente de Agenda LGBT.

“De niños somos crueles. Está el gordo, el cuatro ojos, el chaparro, pero también el maricón y la marimacha. Luego, estas burlas se convierten en miedos, chantajes, agresiones y hasta crímenes. En esa situación es donde entra el bullying escolar homofóbico”, alerta Jaime, quien es abogado especializado en los derechos de la diversidad sexual.

De acuerdo con él, Foro NH hizo una encuesta en donde 70% de los homosexuales entrevistados declaró haber sufrido agresiones en la escuela.

En la burbuja

Miguel supo que era gay desde que tenía cinco años. Tal vez no conocía ni el significado de esa palabra que lo definía, pero le gustaban los niños, eso estaba claro.

Durante la escuela tuvo varias novias pero porque ellas insistían, no porque él quisiera.

López Vela dice que la ignorancia de lo que sucede con un niño o niña que se sabe homosexual, tanto de él como de los padres y maestros, complica el contexto donde la negación se pasa a situaciones como tener parejas heterosexuales sin desearlo.

“Esto genera mucha inestabilidad y pérdida de la autoestima. Llega al punto en que uno mismo no se acepta y es ahí donde hay que poner un alto”.

No aceptarse como homosexual desde niño obliga a vivir en una burbuja. “Muchos lo ocultan y llevan una doble vida, conlleva a casarte para ver si se te quita o se te olvida ¡pero no!, y ocurren esas tragedias de vida que vemos”, reconoce el abogado.

El destape

Aunque no hay un censo al respecto, los expertos apuntan que, la aceptación sexual es a partir de los 12 años, cuando la orientación sexual se está fijando.

“No se sabe porque no hay datos, nadie lo dice. Suele darse en la primaria, pero más en la secundaria. Es cuando peor les va, cuando más sufren burlas”, comenta Jaqueline L’Hoist, presidenta del Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (Copred).

“Esta etapa se vive en terrible soledad, no hay datos de suicidio en este sentido, es tan grave que no tenemos datos duros, no sabemos cuántos son, qué hacen las escuelas, qué hacen los papás, porque nadie lo dice! Es un tabú”, concluye L’hoist.

Si eres homosexual o quieres ayudar a alguien, pero no sabes cómo, puedes acudir a ellos:

Centro Comunitario de Atención a la Diversidad Sexual

Génova 30, Zona Rosa.

5533-6008

facebook.com/centro.comunitario.lgbt

Agenda LGBT

Tonalá 121-101, Roma

5264-0076

www.agendalgbt.org.mx

Si tienen alguna denuncia por homofobia o cualquier caso de discriminación:

Copred

Calzada México-Tacuba 592, Popotla. Afuera del metro Cuitláhuac

5396-7285 y 5341-3010

www.copred.df.gob.mx

(CRISTINA SALMERÓN)