“¿Todo cambió?” por Daniel Moreno Chávez

Hace apenas un par de días, los integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) anunciaron que harán un paro indefinido de labores, en “defensa de la educación gratuita”.

Una semana antes, en Oaxaca, Chiapas, y Michoacán, los maestros dejaron sin clases un par de días a más de dos millones y medio de alumnos… por la misma razón.

Guerrero está igual: el paro empezó el 25 de febrero.

No alcanzaron a cerrar todas las escuelas, pero según el cálculo oficial 150 mil niños permanecen sin clases.

Y con las cuentas de Mexicanos Primero, si sumamos los días con paros de labores sólo en Oaxaca, los niños llevan un año completo sin clases de los últimos seis.


Basta recordar que en 2006 no hubo clases 163 días y en 2010 fueron otros 41.

Ahora habrá que sumar los días que se acumulen con este nuevo paro.

Es cierto, por supuesto, que manifestarse es un derecho, aunque también educarse.

¿De veras son dos derechos que no pueden conciliarse?


No es casual, por supuesto, que Oaxaca, Guerrero, Michoacán y Chiapas ocupan los últimos lugares cada vez que se mide la calidad educativa.

Pero tenemos la “fortuna” de que no todos los maestros son iguales.

El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación no hace paros ni marchas.

Ahí no hay quejas y se goza de una envidiable unanimidad.

En noviembre pasado, Elba Esther fue reelecta presidenta del sindicato con el voto favorable de tres mil 205 de los tres mil 227 delegados que asistieron al IV Congreso Nacional Extraordinario.


Y aún con la detención de su lideresa, las cosas no han cambiado: Juan Díaz, su nuevo dirigente, fue electo por unanimidad, sin importar que era el segundo de abordo de Gordillo.

Cualquiera diría que su currículum sería un obstáculo, pero no.

Supongo que los líderes estatales evaluaron como una virtud que Díaz de la Torre fue secretario particular de la lideresa y miembro del Colegiado Nacional de Administración y Finanzas del Comité Ejecutivo Nacional del SNTE, ese del que presuntamente salieron los dos mil 600 millones de pesos que usó Gordillo para beneficio personal.

Quizá ese currículum es también la razón por la que permanece tan callado.

Lo cierto es que el CNTE y el SNTE, uno con sus marchas y el otro con sus complicidades, nos recuerdan que la detención de Elba Esther Gordillo y la reforma educativa sólo nos dan esperanza de que algo puede cambiar, pero que ésta no es suficiente.

Que todavía queda mucho por hacer cuando de mejorar la educación se trata.

Y que querer esto no significa estar en contra de los derechos sindicales: solo que urge conciliar estos derechos con uno fundamental: el derecho a la educación de calidad.

¡Anímate y Opina!

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*Daniel Moreno

Periodista, ha trabajado en diversos medios como Reforma, Milenio y El Universal. Actualmente dirige AnimalPolitico.com y colabora en distintos espacios radiofónicos, como en Fórmula, Reactor 105 y en máspormás Radio.