Bennett Miller: La realidad hecha ficción

Uno de los #EncuentrosGeniales de #TagCDMX fue entre Bennett Miller y Spike Jonze. Además de ser dos de los cineastas más importantes del momento, son buenos amigos, y con gran soltura estuvieron en el escenario platicando sobre cine, procesos creativos, nuevas tecnologías, su experiencia dirigiendo actores y otros temas que tuvieron al público fascinado.

Mientras Jonze habla hasta por los codos y cotorrea hasta con las piedras, Bennett es más serio. Me reúno con él en los camerinos del Auditorio Nacional. Nota que hay unas cámaras del evento registrando la entrevista y pide que las apaguen; dice que no le gustan, que lo distraen. Es reservado. Habla bajito y pausado. No es un showman: lo suyo es el cine y ya.

La filmografía de Miller consiste en un documental y tres cintas de ficción basadas en hechos reales. Ha estado nominado al Óscar en la categoría de Mejor Director dos veces: una por Capote, en 2005, y este año por Foxcatcher. La historia para esta última la consiguió de una manera poco usual: un desconocido le pasó un sobre con recortes de periódico sobre el caso de John E. Dupont y los hermanos Schultz; él vio potencial cinematográfico y comenzó a investigar más a fondo. Le pregunto si es común que la gente le lleve historias, quizá no en sobres misteriosos, pero que le sugieran temas para sus próximas películas. “Sí, creo que le pasa a todos los cineastas. Es especialmente incómodo cuando es un familiar que no has visto en 20 años o o un amigo que se aparece de la nada. Es un compromiso enorme hacer una película, toma años; que alguien se enoje porque no quieres hacer su idea no tiene ningún sentido… algunas veces es difícil decirle a la gente ‘No quiero pasar los próximos cuatro años de mi vida haciendo esta cosa que viste en una revista”.

Entre las películas que vio en su juventud y que le hicieron decir “¡Me quiero dedicar a esto!”, Bennett menciona Walkabout, de Nicholas Roeg; Salesman, de los hermanos Maysles y Charlotte Zwerin; The Pawnbroker, de Sidney Lumet; The Graduate, de Mike Nichols; Clockwork Orange y 2001, de Stanley Kubrick; Fitzcarraldo, de Werner Herzog; y la saga de Star Wars. Con ese coctel cinematográfico en mente, Bennett ingresó a la carrera de cine en la New York University, pero dice que nunca fue buen estudiante. “Me la pasaba distraído, enojado; no estaba nada feliz de estar ahí. Ni siquiera lo intentaba”, recuerda. Como para paliar el hartazgo, fue parte de un efímero grupo de teatro que creó junto con Philip Seymour Hoffman, el Bullstoi Ensemble. “No era algo en serio, sólo éramos una bola de chavitos intentando hacer algo que no llegó a ningún lado. Éramos como diez y según nosotros íbamos a crear una compañía de teatro pero nos dimos cuenta de que ninguno tenía la disciplina la disciplina”. Sin embargo, es una anécdota que habla de la amistad que Bennett tenía desde entonces con el talentoso actor, quien protagonizó su primera película con alcance comercial, Capote, en 2005.

Pero volviendo a los años noventa, Bennett decidió botar la escuela y ponerse a trabajar. Además de dirigir comerciales para televisión, se lanzó a hacer su opera prima, en 1998, The Cruise: un documental sobre un guía de turistas en Manhattan. La cinta fue bien recibida en el circuito independiente y fue lo que le abrió las puertas hacia la ficción y a las producciones más grandes.

Miller dice que tiene algunas ideas en mente para su próximo largometraje, pero ninguna se ha concretado. El trabajo más reciente que se ha visto de él es una serie de comerciales de papel de baño de la marca Quilted Northern. Son puro humor negro. “Me gusta la comedia negra, creo que es hay algo de eso en Foxcatcher que son divertidas;es un poco seca, pero tiene muchos elementos divertidos”.

https://youtu.be/ckuihFjhHuI

 

Dice Bennett que, hasta ahora, por pura casualidad, sus cintas se han centrado “en personajes con alguna ambición lunática” –incluso Moneyball, de 2011; un proyecto al que llegó cuando ya estaba empezado–. En realidad no hay una fórmula ni un manifiesto: mientras el tema le interese y sienta que pueda aprender algo de él, dice que está dispuesto a hacer una película.

(Tamara De Anda)