La CDMX en las letras de Carlos Fuentes

Ciudad

Carlos Fuentes escribió ensayos, cuentos, guiones de cine, críticas de arte, artículos periodísticos, obras de teatro y novelas que retrataron, en su narrativa, a la CDMX

Carlos Fuentes nació el 11 de noviembre de 1928 en Panamá y falleció el 15 de mayo en la Ciudad de México. Durante sus niñez  y juventud vivió en Suiza, Rio de Janeiro, Montevideo y en Washington D.C. debido a que su padre era embajador mexicano.

A la Ciudad de México llegó a los 16 años. En esta época pudo terminar su bachillerato en El Colegio México, en donde además comenzó a publicar pequeños cuentos y algunos textos políticos en las revistas Novedades, Hoy y Voz.

Al terminar el bachillerato decide salir del país por lo caótica que puede ser la ciudad. Por irónico que pueda sonar, a su regreso (en 1958) editan su primera novela que -como muchos dicen- está escrita por la Ciudad de México: La región más transparente. Para escribir esta obra se inspiró en la novela de Fernando de Rojas, La Celestina, situada en Madrid, en donde quita a la ciudad como un escenario y la convierte en protagonista.

Con La región más transparente, Fuentes nos relató la vida revolucionaria y posrevolucionaria. Como lo hizo José Emilio Pacheco y Octavio Paz, la novela tiene un protagonista, Ixca Cienfuegos, quien nos narra y adentra a la Ciudad de México, esa que inspiró a cronistas visuales, escritores, poetas, musicos y al propio Fuentes. “Aquí vivimos, en las calles se cruzan nuestros olores, de sudor y páchuli, de ladrillo nuevo y gas subterráneo, nuestras carnes ociosas y tensas, jamás nuestras miradas. Jamás nos hemos hincado juntos, tú y yo, a recibir la misma bestia; desgarrados juntos, creados juntos, sólo morimos para nosotros, aislados. Aquí caímos. Qué le vamos a hacer.”

Como todo texto, el amor siempre acompaña las letras de Fuentes, tal vez no es ese amor romántico del que todos leemos, sino el amor que nace en la Ciudad de México, ese al que todos estamos expuestos bajo la ciudad. “Ven, déjate caer conmigo en la cicatriz lunar de nuestra ciudad, ciudad puñado de alcantarillas, ciudad cristal de vahos y escarcha mineral, ciudad presencia de todos nuestros olvidos, ciudad de acantilados carnívoros, ciudad dolor inmóvil, ciudad de la brevedad inmensa, ciudad del sol detenido, ciudad de calcinaciones largas, ciudad a fuego lento, ciudad con el agua al cuello, ciudad del letargo pícaro, ciudad de los nervios negros, ciudad de los tres ombligos… Águila sin alas. Serpiente de estrellas. Aquí nos tocó. Qué le vamos a hacer. En la región más transparente del aire”. Sin duda parte de este texto describe a la perfección a la ciudad, que a pesar de los cambios puede ser descrita en una época distinta, pero sigue forrada de lo mismo.

Otro de los textos más leídos de Carlos Fuentes es, sin duda, la corta novela Aura. Muchos chilangos hemos escuchado hablar de Aura, sus ojos verdes y penetrantes ,y su cabello negro. Su protagonista, Felipe, queda impactado por su belleza y decide quedarse a trabajar en la calle de Donceles, donde se da cuenta de la extraña relación de la anciana y Aura. “Te sorprenderá imaginar que alguien vive en la calle de Donceles. Siempre has creído que en viejo centro de la ciudad no vive nadie. Caminas con lentitud, tratando de distinguir el número 815 en este conglomerado de viejos palacios coloniales convertidos en talleres de reparación, relojerías, tiendas de zapatos y expendios de aguas frescas”. Con esta novela, además, nos adentra en lo fantasmagórico que puede ser el centro de la Ciudad.

Carlos Fuentes no vivió sus mejores años en la Ciudad de México, aunque nunca logró atraparlo al cien, sí lo inspiró para leer y escribir. Con eso logró que la propia Ciudad de México fuera “la región más transparente del aire”.

 

(Fotos: Colección Nacho López/Juan Guzmán/cuarto oscuro)