Panteón Rococó celebra 28 años con pachanga y rebeldía musical

Por: Redacción
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Una de las bandas chilangas más chidas se sentó con nosotros a platicar por su aniversario y su recién concierto en el Parque Bicentenario

Por Liz Basaldúa

Panteón Rococó, la icónica banda de ska y rock, cumple 28 añotes en el rollo musical, y no se quedaron de brazos cruzados. Para celebrarlo en grande, dieron un concierto en el Parque Bicentenario de la CDMX este 28 de octubre, donde todos los asistentes lucieron sus mejores pasos de baile y desgarraron sus gargantas para cantar a todo pulmón en lo que fue un show totalmente épico. Panteón Rococó es de esos grupos que te llegan al corazón y te hacen brincar como si no hubiera un mañana.

Desde sus inicios en los años 1990, estos talentosos chilangos han dejado su huella en la escena musical como un referente indiscutible del ska y el rock. Con ritmos contagiosos que te atrapan al instante y letras profundas que te hacen reflexionar, llevan un mensaje de protesta y esperanza en cada una de sus canciones.

En nuestra entrevista con los miembros de la banda, conformada por Dr. Shenka, Darío Espinosa, Leonel Rosales “Monel”, Felipe Bustamante y Tanis, se habló sobre su evolución en la industria musical, los desafíos que han sobrellevado y algunos chismecitos que les encantarán a lxs fans.

¿Cómo se formó esta banda en 1995?

Yo creo que en la casa de alguno de mis compañeros, con poquito té, café, galletitas, ya sabes, todas esas cosas. Y decidimos empezar a tocar, empezar a soñar. Creo que a partir de ahí se ha construido una historia bien bonita de 28 años, donde hemos acumulado un sinfín de amigos en el camino a los cuales siempre nos ha gustado agasajar. Y una de esas formas de celebrarlo y todo esto, pues es precisamente haciendo conciertos, reuniéndonos con ellos en los conciertos y bailando y cantando y sudando. Eso es lo que sucedió el 28 de octubre.

¿Con quién les gustaría colaborar?

Con quien se deje. Ahorita hablando justamente de la pluralidad musical, es importante también como vieja generación y como una banda que siempre ha profesado esta parte de la multiculturalidad, esta parte de la inclusión, pues sería muy tonto marginarnos nosotros mismos con todos los demás géneros musicales. Hemos llegado a hacer participaciones y colaboraciones con gente desde Ricardo Arjona, por ejemplo, y no nos da miedo el trascender los géneros.

Hoy más que nunca creo que es algo que soñábamos cuando empezamos como banda, poder de alguna manera tener festivales donde hubiera un montón de gente. Fuimos los primeros que hacíamos conciertos e incluíamos a un DJ de techno, a una banda de gótico y luego tocaba Panteón.

Hace poquito tuvimos el placer de participar junto con Carin León en el Festival Pa’l Norte y fue una invitación que salió de él. Y al ver que la gente que viene a ver a Carin León abraza a Panteón Rococó, te das cuenta que no hay absolutamente ya ninguna frontera en la cuestión de géneros musicales.

¿Cómo seleccionan las rolas para sus conciertos?

Es difícil, es muy difícil. Tenemos que crear un setlist que vaya de acuerdo a lo que nosotros queremos tocar, pero también lo que la gente está pidiendo ahorita en redes. O sea, es complicado, pero se logra.

La gente pide las infaltables como “La dosis perfecta”, “La carencia” o “Arréglame el alma” y sí, procuramos que no falten esas, pero también buscamos explorar en las nuevas y de ahí armar un buen setlist que tenga una consecución, que cuente una historia, que te lleve a partes muy, muy intensas y de repente tenga también sus partes tranquilas.

Una dosis perfecta de sonidos

Panteón Rococó nos cuenta que las rolas favoritas de la banda son: “Nada pasó”, “La carencia”, “Arréglame el alma”, “Caminemos juntos” e “Infiernos”. Su estilo se ha vuelto famoso por la fusión de ritmos que incluyen desde el ska hasta el punk. Además, la agrupación ha mezclado varios géneros musicales como el rock, la salsa, el mariachi, el reggae y la folclórica mexicana, creando así un inconfundible y enérgico sonido que no puedes evitar bailar con todo el cuerpo.