La primera mujer piloto del Grupo Cóndores

Por: Redacción
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Abi Génesis acumula 3 mil horas de vuelo y sabe que las mujeres tienen más oportunidades para competir en igualdad de circunstancias que sus compañeros, gracias a personas como ella, que ponen el ejemplo

Abi Génesis Cruz Domínguez, la primera piloto del Agrupamiento Cóndores de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México, recuerda que a los 18 años presenció desde su casa la llegada de un helicóptero, sintió la vibración de los cristales, apreció la potencia de la máquina, imaginó lo que sería pilotar y pensó: “ahí es donde quiero estar y dedicarme a ello el resto de mi vida”.

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Fundado en 1971, este agrupamiento es la división que brinda apoyo a la población en situaciones de emergencia y traslado a cualquiera de los centros hospitalarios de la capital. Durante el trayecto, dan atención prehospitalaria a personas heridas o lesionadas por traumatismo craneoencefálico, infarto agudo al miocardio, heridas por arma de fuego, código mater (mujeres embarazadas), traslado de órganos para trasplantes, sobrevuelos en caso de sismos, inundaciones e incendios, supervisión de eventos masivos, marchas y bloqueos, apoyo en accidentes automovilísticos, seguridad disuasiva y rescate en zonas de difícil acceso.

TRABAJO INCANSABLE

Una década después, Abi Génesis es quien pilotea un helicóptero.

“Somos pocas mujeres en servicios aéreos, varias compañeras se han inclinado hacia otros trabajos, pero yo sentí un llamado o una profunda curiosidad por lo que hacen aquí. Desde un principio sentí una necesidad de hacer vuelo policiaco, de vigilancia, de ambulancia o de rescate. Mis superiores sabían de mi interés por entrar al agrupamiento y me invitaron. Para estar aquí cumplí con los requerimientos, hice mis exámenes y he cumplido con una trayectoria. Tengo 3 mil horas de vuelo y conseguí mi ascenso como capitán. Ser la inspiración para otras mujeres significa una gran responsabilidad. Cuando era más joven admiraba a esas mujeres que me antecedieron, las veía como celebridades, y el hecho de que hoy algunas niñas me admiren y quieran ser como yo, es bastante responsabilidad porque no las quiero defraudar”.

Aunque no considera que su proceso implique una lucha contra el machismo, sí tuvo algunas trabas en su familia, principalmente por las restricciones económicas y por las dudas que tenían sobre que no pudiera lograrlo. “Hay algunas mentes restringidas pero también muchos instructores que, al ver tu pasión, te apoyan en todo lo que pueden. Nunca desistí y demostré que sí podía ejercer como piloto de helicópteros”.

SIGUIÓ SU PASIÓN

Abi Cruz relata que entró a la Escuela de Aviación Mexicana sin saber nada de lo que se necesitaba; así inició dos ciclos de estudio de teoría, luego hizo horas de vuelo y un examen para acreditar sus conocimientos y habilidades. Su primer vuelo, dice, “resultó impresionante porque por fin cobraba por hacer algo que me apasiona; fue un logro bastante significativo para mí”.

Una de las grandes motivaciones de Abi es ayudar a la ciudadanía con su trabajo en la Dirección Ejecutiva de Servicios Aéreos, Cóndores.

“Es una satisfacción personal saber que hago no sólo lo que me apasiona, sino también que sirvo a la sociedad con lo que me gusta hacer, volar helicópteros. La ciudadanía nos conoce por los vuelos que hacemos como ambulancias y en el transporte de órganos, pero además de eso hacemos vuelos de vigilancia, persecuciones, apoyo en sismos, rescates aéreos y lo que requiera la secretaría”.

EQUIPO AÉREO

La agrupación cuenta con 106 efectivos entre pilotos, mecánicos de helicópteros, operadores técnicos en aeromedicina, personal operativo, administrativo y de estructura, que tienen el objetivo de garantizar la atención las 24 horas durante los 365 días del año; además, la flota aérea consta de 13 helicópteros, cuatro de ellos equipados y certificados como ambulancias y considerados los únicos del país que cuentan con esa acreditación.

Abi recuerda que su primer servicio como ambulancia la impactó por la rapidez de respuesta que tuvo el agrupamiento. “Un señor había tenido quemaduras en el cuerpo por una descarga eléctrica y fuimos por él a una cancha en el deportivo Xochimilco; nos lo entregaron en una ambulancia y lo trasladamos a un hospital para que lo atendieran con la urgencia que requería. Fue cuestión de minutos y sentí muy bonito ayudar a la ciudadanía y hacer un servicio a la comunidad”.

Abi cumplió el sueño de ser capitana de helicóptero pero no se conforma, dice que le gustaría completar su carrera de piloto con otros estudios de ingeniería aeronáutica o de mecánica de aviación. “Tienen que ver con lo que me apasiona, pues cuando estoy volando un helicóptero hay en mí un sentido de pertenencia, no deseo estar en otro lado más que ahí”.

Fotografía: cortesía. Texto por Mario Rojas