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11/04/2021
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Aquí comen los campeones de la lucha

Brazotes, espaldotas, piernotas, ¿qué comen los luchadores para estar así? La respuesta la podríamos encontrar en alguno de los locales fundados por hombres que alternaron (o cambiaron) su gloria en el ring con el negocio de la comida.

El más famoso es la cafetería El Cuadrilátero, de Super Astro. Desde 1992 ofrece tortas gigantescas. La más grande se llama Gladiador e incluye reto tipo Man vs. Food: si te la comes en menos de 15 minutos, es gratis. Como nos interesa tu salud no recomendamos intentarlo, pero sí pedirla para compartir. También hay platillos de tamaño normal y los puedes probar en Luis Moya 73, en el Centro Histórico.

Otro luchador que emprendió en el giro alimentario fue José Guadalupe Fuentes, el Baby Face, cuando tuvo que retirarse en los años noventa por una lesión. En su puesto callejero trabaja su familia, mientras él cobra y platica con los clientes para asegurarse de que estén contentos y bien atendidos. Es un grandioso anfitrión. La especialidad son los huaraches y los arroces estilo oriental. Algunos tienen nombre de luchador (Perro Aguayo, Brazo de Oro, Latin Lover, Cibernético, Místico), pero también están el arroz a la Telmex y el huarache a la Tele Risa. A todo le puedes agregar, bajo tu propio riesgo, la salsa picosísima. La fila siempre es larga y el tiempo de espera puede ser frustrante si andas muy hambriento, pero vale la pena. No dejes de fijarte en el rótulo del puesto: un retrato de Baby Face representado como un bebé fortachón (¡debería vender camisetas!). El changarro está muy cerca de la Arena México, en Dr. Carmona y Valle entre Dr. Lavista y Dr. Río de la Loza. Abre de lunes a viernes a las 9:30 y para las 2:30 ya se acabó casi todo.

Hacia el oriente está la Taquería Chabelo, en Ferrocarril de Cintura 247, colonia Emilio Carranza. El Chabelo del nombre no es el de la tele, sino Jesús Ornelas, un luchador amateur y clavadazo de este deporte. En las paredes hay fotos, máscaras, carteles y un mural donde aparecen más de 100 luchadores.

No te garantizamos que vayas a ser un ídolo del pancracio después de entrarle a estos alimentos, pero quizá sí te puedas encontrar a una que otra estrella de la lucha libre nacional.

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Estudió Comunicación en la UNAM, pero en realidad aprendió a escribir en los chat rooms noventeros y luego en los blogs. Es tan fan de la Ciudad de México que tiene el mapa del Metro tatuado en el brazo.