#pormibarrio | Paseo por la avenida Independencia

Las calles al sur de la Alameda Central fueron protagonistas de un libro, albergaron cines, una central de bomberos y salones de baile, además de ser la tradicional entrada al Barrio Chino al sur de la Alameda Central, la avenida Independencia se caracteriza por la variedad arquitectónica y comercial que contiene en pocas cuadras. Su trazo se originó como prolongación de la actual 16 de Septiembre hacia el poniente a mediados del siglo XIX, y para abrirla desaparecieron vestigios de la ciudad colonial, como la Plazuela del Huerto y parte del Colegio de San Juan de Letrán.

En la esquina con Balderas se encuentra el edificio de departamentos Altamira, obra de los ingenieros Vicente Almada y José Rocha, que destaca por su portada neocolonial. Justo enfrente, el Teatro Metropólitan es uno de los símbolos del rumbo desde hace más de medio siglo; este espacio, diseñado por Pedro Gorozpe y Aurelio G. Mendoza, abrió sus puertas en 1943 y por mucho tiempo funcionó como cine. Aunque la fachada es sencilla, con una amplia marquesina, el interior luce una elegante decoración de estilo ecléctico en el vestíbulo y en la sala.

1 TEATRO METROPOLITAN
Teatro Metropólitan.

Llegando a Revillagigedo está el Museo de Arte Popular, situado en un inmueble que fue la sede del Cuartel Central de Bomberos, inaugurado en 1928. Es un ejemplo notable del Art Déco en la zona, con los relieves de inspiración prehispánica que lo adornan y su remate cubierto de azulejos. Muy cerca quedan algunos negocios de gran historia, como la tortería La Texcocana, en Independencia 87, que se estableció en los años 30, o la tabaquería La Favorita, en el número 68.

3 TORTERIA LA TEXCOCANA
La Texcocana.

A inicios del siglo pasado, Luis Moya todavía llevaba los nombres de Huacalco, Calle Ancha y Calle Nueva. En este punto hay que mirar hacia el sur y descubrir el cine Orfeón, que dio su primera función en 1938 y tuvo capacidad para cuatro mil 628 espectadores, convirtiéndose en el quinto más grande de la ciudad.

Una cuadra hacia el oriente se ubica la Plaza Santos Degollado, que en los mapas antiguos es llamada Plazuela de Tarasquillo y fue el centro del pequeño barrio del mismo nombre. Actualmente es el lugar elegido por los oficinistas de los alrededores para sentarse a descansar en su fuente. Frente a este jardín estuvo el cine de la Academia Metropolitana, una de las salas más viejas de la capital, creada en 1906; poco después albergó un salón de baile.

Es la entrada al Barrio Chino, una tradición que nació en el siglo XX y tiene su principal corredor en la calle de Dolores; esta última debe su nombre a una capilla que estuvo en la esquina con Independencia, fundada en 1752 y demolida hacia 1860. En la acera opuesta sobrevive la cantina El Tío Pepe, que mantiene su decoración original y el ambiente característico del pasado. En este cuadrante se desarrolla la trama de El complot mongol, novela de Rafael Bernal, y el entorno se puede ver en la película de 1977 basada en dicho libro.

6 CANTINA EL TÍO PEPE
Cantina El Tío Pepe.

Para terminar, en el número 4, entre López y el Eje Central, el restaurante Tlaquepaque ocupa los restos de una construcción porfiriana y es una opción para comer. De paso hay que apreciar el Edificio Miguel E. Abed, uno de los rascacielos del Centro, planeado por Carlos Reygadas en la década de los 50.

 

 

9 EDIFICIO MIGUEL E. ABED 1
Edificio Miguel E. Abed.

Fotos: Lulú Urdapilleta.