QUEEN OF EARTH: UNA PELÍCULA DE HORROR CON DISFRAZ DE DRAMA

A pesar de los detractores que durante décadas han menospreciado al cine de horror como si de un género menor se tratase, los filmes que fundamentan su narrativa en la incomodidad emocional del espectador han experimentado un refinamiento notable en las últimas dos décadas. Tras la debacle de subgéneros como el slasher, el giallo y el gore, y gracias a los avances tecnológicos que “abarataron” los procesos de filmación y fomentaron el boom actual de cineastas independientes, el horror en sus ramas más propósitivas ha emprendido un proceso de depuramiento narrativo que difumina los cánones del género para mezclarlos, a veces de forma casi indistinguible, con propuestas narrativas ancladas en diversos géneros dramáticos.

No hace falta más que ver la adaptación que F.W. Murnau hizo del legendario Fausto de Goethe para entender que la mezcla del cine de horror con otros géneros no es en absoluto exclusiva del siglo XXI, sin embargo resulta hasta cierto punto evidente el intento de los cineastas jóvenes por revitalizar al género mediante el abandono de los cánones clásicos del terror: cánones establecidos en la década de los setenta y sobreexplotados hasta nuestros días, aquellas interesadas en el shock por el shock y la tripa por la tripa.

Queen of Earth (2015) es uno de los ejemplos más interesantes que pueden encontrarse sobre dicha renovación del género terrorífico. Elusivamente clasificable como cinta de horror, el largometraje del cineasta norteamericano Alex Ross Perry relata el reencuentro de dos amigas en la casa campestre de una de ellas. Dicho reencuentro, motivado por la profunda depresión de una de ellas —tras el fallecimiento del padre y la violenta ruptura con el amor de su vida—, transforma la cordialidad amistosa en un agresivo viaje narrado a través de los ojos de la depresiva protagonista.

Escritor de un guión sintético y en todo momento enemigo de la sobreexplicación, Ross Perry construye una cinta de horror lo suficientemente sutil para ser considerada, por la mayoría de los espectadores, como un drama; sin embargo, el desarrollo de los acontecimientos y la gradual pérdida de salud mental de la protagonista se apoyan en todo momento en hábiles reinterpretaciones de los cánones tradicionales del horror. Interpretaciones similares en estilo y forma de lo que Lynch hizo en Inland Empire, pero sugiriendo mucho más y mostrando mucho menos, de forma que el verdadero horror tenga lugar en la cabeza del espectador que interpreta lo que tímidamente se intuye en la pantalla.

Resulta indispensable el trabajo histriónico de Elisabeth Moss y Katherine Waterston como protagonistas para el éxito del ejercicio fílmico de Ross. Cada una es reflejo de la terrible fragilidad mental del ser humano al enfrentarse a duelos y cambios moderadamente fuertes, y en el caso particular de Moss, retrato inmejorable de una espiral depresiva en evolución que termina por confirmar la idea de que el Infierno somos nosotros mismos.

Penosamente ninguneada por el gran público pero bien recibida por la crítica, Queen of Earth es un notable acierto dentro del curriculum fílmico de Ross Perry, otro de tantos cineastas que deberían verse más en las salas de cine, pero que dadas sus aspiraciones estéticas y narrativas están condenados a ser ignorados por la taquilla.

Nota al pie: Por favor vean el estupendo trailer que bien podría haberse editado para un slasher de los años 70, con todo y vocecilla en off.