Rey Pila sale del congelador

Hace mucho tiempo (¿quizá tres años años? La memoria de este reseñista es frágil) las finas personas que forman Rey Pila me invitaron a su sala de ensayo, una suerte de covacha en el Polyforum Siqueiros. El motivo del encuentro era escuchar su segundo álbum —recién grabado—, acompañado de unas cervezas.

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Sin embargo, el disco no salió cuando estaba planeado. Se atravesó en el camino de esta banda mexicana el delantero de los Strokes, Julian Casablancas, a quien le gustó tanto la música de Rey Pila que decidió extenderle un contrato para que se sumara al elenco de su naciente disquera, Cult Records. El disco entró a una suerte de limbo, pero el grupo estuvo muy activo, girando con artistas como Interpol o TV On The Radio por EU, ganando espacios en los medios especializados. El plan era —y sigue siendo— meterse a la escena independiente norteamericana, aunque eso signifique salir de su zona de confort, picar piedra como si fueran unos novatos. Pero van bien. Han logrado generar expectativa en torno al lanzamiento de su segundo disco que, finalmente y tras tres largos años en el congelador, aparece en un par de semanas. Se llama “The Future Sugar”.

La propuesta de Rey Pila no es fácil de clasificar. No lo intentaré, aunque las palabras new wave podrían ayudarnos a entender por dónde va la cosa, no lo niego.

 

 

 

Su cimiento son las pegajosas canciones que escribe su líder (alguna vez fue una especie de proyecto personal, hoy ya es un conjunto en forma), Diego Solórzano. Es rock con una potente carga de sintetizadores que ha hecho que el grupo sea comparado frecuentemente con The Cars. También puede recordar, en algunos momentos, a sus próximos compañeros de gira, The Rentals, el proyecto que hizo hace 20 años Matt Sharp cuando dejó Weezer. La voz de Solórzano es grave, profunda, pero de repente canta con un extraño falsete que inevitablemente hace pensar en Prince.

A ver cómo les va, pero quizá es lo de menos. Lo admirable es la cantidad de riesgos que están corriendo, de manera ejemplar, impulsados por las ganas de trascender. Además su tarjeta de presentación es un disco de muy buena factura, lo cual ayudará mucho.

 

 

(Rulo / @ruleiro)