Rodolfo Neri Vela: con los pies en la Tierra

Por más que uno vea películas y lea al respecto, nunca deja de ser fascinante que un científico te cuente lo que es estar fuera de la Tierra. Rodolfo Neri Vela, que pasó una semana en el espacio en 1985, dio una plática en Jalisco Campus Party sobre su experiencia. Miles de jóvenes –muchos de ellos fans que lo persiguieron en busca de un autógrafo– lo escucharon con la boca abierta. Además de las anécdotas de la vida en órbita, Neri Vela dio un mensaje bien chido: hay que tomar las oportunidades cuando se presentan, echar toda la carne al asador y no confiarse en ningún momento. Eso hizo él y pum, se convirtió en el primer astronauta mexicano, un sueño que ni siquiera había pasado por su cabeza.

Aunque nació en Chilpancingo, Neri Vela creció en Iztacalco, en la Ciudad de México. “Vivía a una cuadra de una avenida muy ancha, que hoy es el Eje 1 Oriente, mejor conocido como la Avenida de las Torres. Casi no había casas, había muchos terrenos baldíos, y yo salía con mis amigos a jugar beisbol, a andar en patineta o en bicicleta. Era un tiempo en el que tú podías tener una corta edad y andar en la calle sin mayores preocupaciones; una época bonita. Ya después vinieron los terribles ejes; me parece que fueron un error, le quitaron parte de su belleza a la ciudad. En varias avenidas tiraron palmeras y muchos árboles y pusieron puro pavimento. Los canales los entubaron, pudiendo haber hecho la labor de sanidad necesaria para que fueran un atractivo urbano… en fin, era otra ciudad”, dice.

En junio, Neri Vela comentó que el triunfo de El Bronco en Nuevo León lo había inspirado para lanzarse como candidato independiente a la presidencia de la República, para 2018. Después de estas nostálgicas palabras sobre la ciudad que le tocó vivir, quizá podría “ensayar” su carrera política contendiendo para la Jefatura de Gobierno. Aunque no es en urbanismo donde están sus ideas políticas más fuertes, sino en educación. Dice que no puede creer que en la UNAM, en la Facultad de Ingeniería, los alumnos tengan que hacer sus prácticas en máquinas que parecen de museo. También le preocupa la falta de infraestructura y que no se invierta en la preparación de los maestros. Además, cree que no todo se va a solucionar mágicamente con tablets. “El internet te puede ayudar, Wikipedia y todo lo que quieras, pero no hay nada como tener un libro físico en tus manos. En el primer mundo existen las grandes bibliotecas, en las que todavía tienes que ir a hacer investigación, a hacer trabajos, a tocar los libros”, dice.

Entre que sí se lanza o no a la política, Rodolfo Neri Vela ya es parte de la historia, hasta con calles y colegios que se llaman como él. “He tenido el gusto de saber que muchas escuelas tienen mi nombre, o a veces el centro de cómputo tiene mi nombre, o un laboratorio; inclusive hay aulas llamadas como científicos internacionales, Galileo o Isaac Newton… y también han tenido la ocurrencia de ponerle mi nombre a un aula, lo cual agradezco mucho”. Cree que tener más infraestructura con nombres de científicos mexicanos, aunque no sean tan mediáticos, sería una gran motivación e inspiración para los niños y las niñas de México.

 

(Tamara De Anda)