Sudar la gota gorda: Después del Maratón

Si eres uno de los más de 30 mil que ayer corrieron los 42.2 kilómetros del maratón número 33 de la Ciudad de México —¡cuántos números!—, entonces hoy estás hecho una piltrafa. Satisfecho sí, feliz porque lograste la medalla que valió esfuerzo y disciplina, también, pero es un hecho de que hoy apenas si te puedes poner en pie sin sentir que el cuerpo se te desarma.

Por eso hoy van algunas recomendaciones para que superes la etapa más difícil de la carrera: el día después.

Bájale a tus ímpetus.
Quizá sigas motivado, queriendo más adrenalina y comerte el mundo a puños porque puedes, pero lo cierto es que físicamente no hay humano que soporte tanto esfuerzo sin factura. Ojalá que desde ayer te estés hidratando, si sí, vas por buen camino.

Pero hoy debe haber más que bebidas energéticas y frutas: necesitas alimentar a tus músculos, así que empieza desayunando unos buenos hotcakes, enchilas o hasta una buena guajolota, eso sí, todo con un buen pedazo de carne para las proteínas. Suda comiendo.

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Cuartoscuro

Come, come, come.
Pero si te tocó ir a trabajar porque eres Supermán y lograste levantarte de la cama, no olvides comer algo no más de media hora después de estar despierto, una barra de cereal, un sándwich o fruta te ayudarán a llegar vivo a la hora del almuerzo pesado.

Tápate.
La alimentación e hidratación es lo más importante después de un embate físico tan desgastante, pero estar atento a los factores externos que puedan atacarte en este momento de máxima vulnerabilidad inmunológica también lo es, por eso acuérdate del mayor consejo de tu mamá: tápate. Eso hará la diferencia.

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Cuartoscuro

No pares, sigue-sigue.
A pesar de que sientas que te tasajearon las piernas, no dejes de hacer ejercicio, así que levántate y estírate un poco, lo ideal es que nades para eliminar el ácido láctico que aún invade tu cuerpo, si no puedes, trota o camina por lo menos 20 minutos. Pero no exageres, se trata de ayudar a los músculos, no de quedar lisiado.

Planea felicidad.
Hoy es el primer día de las dos semanas que tardará tu cuerpo en asimilar el esfuerzo sobrehumano, así que prepárate para cambios físicos y químicos reales.

Quizá haya tristeza en estos días, más vale que hagas un kit de emergencia emotiva: piensa en nuevas metas y en lo que hiciste bien para llegar a este punto, habla con tus amigos —también con los no maratonistas— y sal a distraerte, una buena charla, película y concierto no vendrían mal para una nueva carrera.