Las nuevas leyes no los olvidan

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Abandonar o maltratar a un adulto mayor se considera un delito penal que ya se castiga con cárcel en la cdmx

ARTE: NURI R. MELGAREJO

El pasado 28 de agosto se conmemoró en nuestro país el Día del abuelo, una fecha que los capitalinos aprovecharon para pasarla con sus seres queridos de la tercera edad, pero ¿de qué garantías y derechos gozan los adultos mayores y sus familiares más allá de abrazos y regalos?

En julio de este año, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) realizó reformas a la Ley de las Personas Adultas Mayores, la Ley para la Integración al Desarrollo de Personas con Discapacidad y el Código Penal para el Distrito Federal, con lo que se aprobaron sanciones para quienes abandonen, maltraten, exploten o discrimen a las personas de 60 años en adelante.

“Lo que se va a castigar con tres meses a tres años de prisión es el abandono doloso por parte de familiares que estén dejando a los abuelitos en la calle, en las iglesias, en los albergues o donde sea”, explica la diputada Elizabeth Mateos, promotora de las reformas aprobadas por el Pleno de la ALDF.

La legisladora explica que en 2015 fueron abandonados 205 adultos mayores en 11 hospitales públicos. Posibles abuelos, padres o conocidos que fueron llevados por una dolencia o una enfermedad crónica, pero que jamás regresaron por ellos.

“Si revisamos las cifras de los ancianos que dejan en la calle o son engañados para firmar escrituras, documentos o testamentos para quitarles su patrimonio, los números por este tipo de maltrato serían mayores. Pero en la CDMX estas prácticas serán penadas”, agrega Elizabeth Mateos.

De acuerdo con las modificaciones al Artículo 156 del Código Penal para el Distrito Federal, a quien abandone a una persona incapaz de valerse por sí misma, teniendo la obligación de cuidarla, se le impondrá prisión o privará de la tutela del afectado.

Un chilango responsable

Para algunos, la ley podría parecer privativa de la libertad para decidir si se desea o no cuidar a un familiar, pero lo que deben saber es que existen dos tipos de abandono: el doloso, que es cuando se descuida al adulto de mala fe y esto pone en riesgo la integridad física de este; y el de buena fe, personas que por cuestiones económicas o diferentes contextos los dejan solos. “A estas personas no las podemos sancionar y aquí tiene que intervenir el gobierno y las instancias para apoyarlos”, agrega la diputada.

Aunque la Constitución y las nuevas reformas sancionan a quien maltrate a los adultos mayores, para Gustavo Vela Sánchez, catedrático de la UNAM, “se trata de un esquema de solidaridad fraternal, así como los padres están obligados por el Código Civil a cuidar de los hijos mientras se encuentran en una situación de vulnerabilidad, eso se repite en la línea ascendente.

Pero si la idea de una responsabilidad moral fuera poco, el experto en derechos humanos agrega que con la disposición “no se vulneran las libertades ni los derechos de nadie. Desde una perspectiva jurídica, responder por los adultos mayores no tendría que ser una cuestión de elección, porque hay una relación de consanguinidad y desde ahí se establecen derechos y obligaciones que están en el Código Civil”. 

Modificar las leyes responde a que las instituciones comenzaron a recibir llamadas de maltrato u abandono, comenta la legisladora, además de que en esta ciudad habitan 1.2 millones de adultos mayores, una cifra que ha colocado a la capital como la entidad con más personas de la tercera edad, mientras que la esperanza de vida se mantiene en un nivel promedio. Para la edad de 60 años es de 85%, para 70 es de 79%, para 80 años es de 67%, para 90 años es 60% y 100 años o más, 33%, según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe.

Derechos mayores

La Ley de los Derechos de las Personas Adultos Mayores en el Distrito Federal, publicada en la Gaceta Oficial en el año 2000, señala que los chilangos de 60 años y más también tienen derecho a una vida con calidad, a la no discriminación, a ser respetados, a no ser explotados, a una vida libre de violencia, a gozar de oportunidades, a vivir en entornos seguros, al trabajo digno.

Pueden también gozar de bienes y servicios de forma gratuita, como el transporte público como Metro y Metrobús, entre otros.

El reglamento para la operación del Programa de Pensión Alimentaria para Personas Adultas detalla que, en la Ciudad de México, los mayores de 68 años tienen limitaciones para atender sus necesidades básicas y de salud, causadas principalmente por la disminución de capacidades físicas e intelectuales, ingreso laboral insuficiente, así como la escasa y poca cobertura de los sistemas de pensión y jubilación.

De ese modo, las personas en etapa de vejez pueden gozar de programas sociales y financieros como pensiones y vales de despensa, entre otros apoyos que el gobierno local destine, siempre y cuando “el adulto mayor carezca de un lugar en donde vivir, alimentos, ropa, atención a sus problemas de salud”, precisa el Instituto de la Atención para los Adultos Mayores de la CDMX.

De ahora en adelante, ayudar a un anciano no depende de una “buena voluntad”, sino de ser responsable social y humanamente. Es cerrar el círculo de la vida con
algo más que un abrazo o un chocolate.

En cifras: 

  • 244 mil personas adultas mayores de la Ciudad de México tienen alguna discapacidad.
  • 14% es el promedio de la población de la tercera edad que habita en la Ciudad

    de México.

  • 3 años de cárcel es la sanción para quien abandone a un adulto mayor en la CDMX.