Alberto Del Río vs. el retiro

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Tras 17 años de llaves, patadas voladoras y múltiples alias, el luchador ha fijado en 2019 su adiós al pancracio.

En dos años, el hombre que diera vida a figuras de la lucha libre como Dos Caras Jr., El Patrón Alberto, Alberto Banderas y Hustle Kamen Kin dirá adiós a los cuadriláteros

Sentado a la orilla del cuadrilátero, descansando los brazos en la primera cuerda, Alberto fija sus ojos en las alturas. “Bendito sea el cielo —dice con un respeto sincero—. La lucha libre me ha dado todo”.

Han pasado 17 años de llaves, maromas, técnicas de artes marciales, de aguantar trompadas dolorosas, patadas voladoras. Todo con tal de no caer en la lona. Pero es hora de plantear el retiro: Alberto del Río —antes Dos Caras Jr., El Patrón Alberto, Alberto Banderas, Hustle Came Kin— prepara ya su retiro. En dos años se despedirá definitivamente de las cuerdas.

Lucha en casa

El pancracio es una coreografía. Brincos, fintas, golpes a pesados sacos llenos de aserrín, llaves como rehiletes. Alberto creció viendo cómo su padre, el luchador Dos Caras, entrenaba día tras día, por horas, antes de combatir en alguna arena. Era su ídolo. Lo admiraba tanto que quiso seguir sus pasos. Siempre supo que cuando él llegara a la arena, lo haría bajo el nombre de Dos Caras Jr.

“Pasé toda mi infancia y adolescencia admirando a mi padre —recuerda con palabras a medio masticar—. Estudié la carrera de Arquitectura en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, pero nunca ejercí porque yo soy luchador”.

Pero no bastan las ganas. Para sobresalir en este medio donde los golpes y la acrobacia se entrelazan, la preparación física es vital. Alberto lo sabía: combinaba sus estudios con la lucha grecorromana. Antes de llegar a la lucha libre, en 1997, ganó el tercer lugar en los Campeonatos Mundiales Junior en la República Checa. Fue tres veces campeón en los Juegos Centroamericanos y Caribeños y hasta se colgó una medalla de oro en los Juegos Panamericanos de 1998. Aún no se atrevía a portar la máscara de su padre.

De los olímpicos al ring

En el 2000, Alberto estuvo a punto de competir en los Juegos Olímpicos de Sidney por una medalla en lucha grecorromana. No sucedió porque nuestro país no quiso enviar a ningún deportista de esa disciplina a participar. Pero él se negó a tirar la toalla.

Debutó en la Arena México —la catedral de la lucha libre— el 16 de septiembre del 2000, por fin bajo el nombre de Dos Caras Jr. y con el rostro cubierto por la típica máscara, colorida y dividida a la mitad por un águila de dos cabezas, igual a la de su padre. Esa noche, con la ayuda de Sangre Chicana, El Alebrije y La Parca, derrotó a El Texano, El Pirata Morgan y Espectro Junior.

Como Dos Caras Jr., trabajó en las dos promotoras más importantes del país: la Triple A y el Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL). Sus palancas, tornillos, vuelos espectaculares y maromas acrobáticas, junto con sus conocimientos de artes marciales, le ganaron el gusto del público.

Adiós a la máscara

Con la máscara de su padre, Alberto ganó el Campeonato Mundial de Peso Completo del CMLL, el Campeonato Mundial de Peso Pesado en dos ocasiones, también el Megacampeonato de la Triple A, el Campeonato Global de la GFW, el Campeón Mundial Unificado Peso Pesado de la GFW. Ocho títulos en total.

No fue fácil. Alberto reconoce que, pese a las satisfacciones, los medios de comunicación no paraban de compararlo con su padre. “El nombre de mi papá me impulsó, pero después yo solo me abrí camino”.

Tras años de trabajar en México, Alberto se mudó a Japón. Ahí combinó su trabajo como luchador con el de artes marciales mixtas. Su desempeño llamó la atención de la World Wrestling Entertainment (WWE) y en 2009 firmó contrato con ellos. Fue cuando se despojó de la máscara y decidió luchar con diferentes nombres: Alberto Banderas, Alberto del Río, entre otros.

Seis años duró en la WWE. El ritmo de trabajo le quitaba libertad y la exclusividad no le agradaba. Al salir, denunció tratos racistas por parte de la empresa. El nombre de Alberto del Río era propiedad de la WWE. Sin máscara y en búsqueda de un nuevo nombre, Alberto se convirtió en un luchador independiente, no quería atarse a ninguna marca ni empresa. Deseaba ser patrón de sí mismo. Alberto El Patrón anunció su regreso al cuadrilátero.

Lucha para los damnificados

Le queda poco tiempo. El heredero de la dinastía Dos Caras dejará el ring en poco más de un año. Sentado en la orilla del cuadrilátero, descansando los brazos en la primera cuerda, Alberto anuncia otros planes mientras tanto. Después de los sismos del 7 y 19 de septiembre, el luchador creó Lucha por ellos, una asociación civil que auxiliará con terapia psicológica y escuela a los niños que perdieron a sus padres por el terremoto.

El 21 de noviembre —junto a Tinieblas, Octagón y Fuerza Guerrera—, El Patrón ofrecerá también una función en el Teatro Molière. Todas las ganancias se destinarán a las víctimas del sismo.

Con 40 años de edad y 17 de carrera en el mundo del pancracio, Del Río planea su gira de retiro para 2019, con luchas dentro y fuera del país. Alberto mira al cielo, agradecido. “La lucha libre me ha dado todo. Pero también he dado todo por ella. Es tiempo de dedicarle tiempo a mi familia”.

En cifras

  • 17 años de carrera cumple Alberto del Río.
  • 8 títulos ganó en México como luchador.
  • 2019 será el año en que realizará su gira de retiro.