Foto: Jamie Hewlett/Taschen

Para la nostalgia post-Gorillaz

Música

La espera fue laaarga y el domingo pasó fugaz. Las veintitantas canciones del setlist de Gorillaz transcurrieron volando. Y tan pronto acabó el concierto, llegó la hora de buscar maneras de revivir lo que acabábamos de ver/escuchar/vivir en el concierto de Gorillaz en el Vive Latino.

Unos lo hicieron con ayuda de los videos mal grabados cazados en su celular, otros con alguna liga de YouTube hoy deshabilitada por reclamos de copyright, y otros preferimos rendirnos de antemano dando por hecho que era imposible repetir la experiencia audiovisual que acabábamos de vivir para ir en busca de una más personal e íntima.

A mí me sirvió poner las playlists que tiene cada integrante de la banda virtual en su perfil de Spotify mientras hojeaba el libro monográfico con el trabajo visual de Jamie Hewlett que recién puso a circular la editorial alemana Taschen en formato caguama (424 páginas de 25 x 31.7 centímetros), unos cuatro kilos de papel repletos de golosinas visuales dibujadas por el inglés que cocreó, junto con Damon Albarn, a esos cuatro seres entrañables: Noodle, Murdoc, 2D y Russel.

A Hewlett le molesta que se anteponga Gorillaz a cualquier otra faceta de su trabajo cuando se habla de este libro; de hecho, pide en las entrevistas que se omita el tema o se deje al final. Pero su libro tendrá una vida que sale de su control. Aunque es cierto que antes de Gorillaz ya había desarrollado una estética que luego retomaría para los videos del cuarteto ilustrado.

Así se hace evidente en esa monografía del trabajo de Hewlett que incluye más de 400 bocetos, tiras cómicas y piezas de galería del dibujante que ayudó a gestar la banda que hoy cuenta con un corpus musical emocionante y que el domingo nos dejó deseando su regreso o el momento en que podamos encontrarlos en el escenario en algún otro punto del planeta.

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