“¡Ánimo delincuencia!”, por @monocordio

En la radio suena una y otra vez la nueva canción de Molotov (el grupo que dice que la gente siempre malinterpreta sus canciones) y no puedo dejar de pensar en el Chapo Guzmán, preso, humillado, con ese look de Gutierritos recién regañado que nos hace pensar que ese hombre no es el mismo villano con el que se humedecían quienes anhelaban su captura. ¿Quién lo viera así?, tan poca cosa, tan igual a todos los demás, tan apabullado por la realidad, igual que nosotros.

Aunque en la crónica televisiva de los últimos días hemos atestiguado como Buzz Lightyear acaba con el poderoso Zorg, en la vida real ni el villano parece tan villano, ni el héroe tan héroe. Sin embargo, los aspirantes a narcotraficante lloran en sus madrigueras, y aunque saben que el negocio seguirá con otra cabeza, y que otros capos como García Luna siguen libres, saben también que nada volverá a ser igual, por eso les digo…

¡Ánimo delincuencia!

… que no decaiga el ánimo, porque mientras el Chapo chapotea en su propio chapopote, los Zetas y el resto de los cárteles mexicanos aplauden al gobierno con el mismo entusiasmo rastrero de muchos “periodistas”. Sin el Chapo será fácil para el cártel del Golfo y para los zetas, entre otras organizaciones criminales, recuperar territorios que Guzmán Loera afianzó durante el sexenio de Felipe Calderón. Así que…

¡Ánimo delincuencia!

… que no cunda el pánico, porque además, nos hemos enterado que en Michoacán, al tiempo que los Templarios se volvieron como el monstruo al que el Santo golpea en las películas (que se deja caer solo), algunos grupos de autodefensa también solicitan una “ayuda” a las mineras habitualmente extorsionadas por los Caballeros Templarios. Así que de algún modo, la cuota va a seguir, pero gracias a las autodefensas, ahora va a salir más barato, lo que se traduce en un sonoro:

¡Ánimo delincuencia!

… porque ¡se ve, se siente, el Chapo está presente! La Marcha por la liberación del Chapo, basada en el modelo de marcha de acarreados patrocinada por el PRI, defiende al líder de una organización que jamás ha necesitado utilizar la vía de las manifestaciones sociales para conseguir lo que quiere porque siempre lo ha arrebatado a la fuerza. Un cártel que irrumpe violentamente donde se le antoja, que extorsiona, amedrenta y mata, pidiendo libertad para su líder por la vía de la “libre” manifestación. No es otra cosa más que una mentada de madre para todos y un elocuente y sonante:

¡Ánimo delincuencia!

… porque tal vez en otro país, donde hubiera otro sistema educativo y no privara la miseria y la desigualdad de una manera tan violenta como en México, donde la corrupción no lo devorara todo, el Chapo podría haber encabezado una verdadera revolución política y social, representando a todo ese país olvidado y dejado a la buena de Dios, sin recursos ni posibilidades para salir del agujero. Lamentablemente este país ya no da para más, ni siquiera en el ámbito de la delincuencia organizada. La captura del Chapo nos ha dejado una cruda lección: incluso alguien con la inteligencia del Chapo no puede aspirar a ser más que un mediocre delincuente, igual que un diputado, o el gobernador del estado que quieran.

Y eso es triste hasta para los delincuentes.

¡Ánimo delincuencia!

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(FERNANDO RIVERA CALDERÓN / @monocordio)