Carta a Mancera

Señor Miguel Ángel Mancera:

Han pasado más de 20 días desde que sus fuerzas policiacas reprimieron la protesta social en el marco del Primer Informe de gobierno de Enrique Peña Nieto y buena parte de los ciudadanos que habitamos la ciudad de México aún no conocemos las respuestas a algunas interrogantes que se abrieron, con mayor contundencia, desde ese día.

Antes de su llegada al frente del gobierno -ganado en 1997, su primera elección democrática, por el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano- la ciudad de México no tenía un jefe de izquierda más titubeante en la defensa de los derechos humanos ni que diera señales de rendición sin la menor resistencia ante el partido en el poder.

Lo que contribuiría a la vida democrática, tan penosamente ganada aquí, es que usted aclare lo siguiente:

a) ¿Cuántas ocasiones ha hablado con el Presidente Enrique Peña Nieto, quien tiene la última palabra en el desempeño de la policía en del Distrito Federal, con el fin de tratar el tema de la protesta social?

b) ¿Le ha hecho ver al jefe de Los Pinos que la fuerza pública ha sido usada de manera desmedida contra quienes han decidido salir a la calle a ejercer sus garantías individuales? ¿O simplemente ha actuado como mudo testigo?

c) En el caso de la violaciones documentadas por parte de los granaderos contra periodistas que han sido detenidos con violencia y trasladados al reclusorio, pero que con pruebas en la mano han desvanecido las acusaciones, ¿cuántas averiguaciones ha abierto su administración?

d) ¿Contra quién o quiénes se han iniciado esos procesos?

e) Para evitar que en la libre manifestación y la libre expresión se violen los derechos fundamentales, ¿cuáles protocolos ha iniciado o emprendido su gobierno?

f) ¿Ha investigado o tiene indicios sobre quiénes son o de dónde provienen los muchachos que, de pronto, aparecen cubiertos del rostro para golpear a policías y humillarlos en las movilizaciones, hasta provocar la reacción de los efectivos, pero que en vez de responderles a estos acaban lanzándose contra quienes ni la deben ni la temen?

No lo tome a mal señor Mancera, pero desde el doloroso Halconazo, a principio de la década de los setentas (¡ya se imaginará el significado que esto tiene!), a los estudiantes o jóvenes de la ciudad no se les habían repartido palazos en el cuerpo.

Ojalá pronto pudiéramos conocer sus respuestas, así al menos la ciudadanía responsable respirará tranquilamente creyendo que no todo se ha perdido frente al Partido Revolucionario Institucional.

(ALEJANDRO SÁNCHEZ)