CDHDF, de los grupos de interés al interés público

Después del fallido proceso de ratificación para un segundo periodo al frente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal de Luis González Placencia, si nos apegamos a la convocatoria que emitiera la Asamblea Legislativa, la próxima semana sabremos quién ocupara la presidencia de dicho organismo de entre las 29 personas aspirantes.

Durante el último mes diversos actores políticos y sociales han estado involucrados en el proceso, el principal sentido de la discusión está en las tensiones para colocar la decisión en  la arena de los derechos humanos y no en la de las agendas político-partidistas. En la primera se alude a los  “Principios de París” que señalan entre otros la importancia de fortalecer los criterios relativos a la autonomía, la promoción de los derechos humanos desde una perspectiva integral y el impulso de una política pública que involucre a la ciudadanía y a todos los niveles de gobierno. En esa ruta las principales organizaciones de la sociedad civil defensoras de derechos humanos de la capital han señalado que la próxima ombudsperson debe al menos  demostrar que cuenta con las siguientes característica: alto conocimiento de los derechos humanos en su integralidad y del marco jurídico local, nacional e internacional; compromiso por su defensa y promoción; garantía de libertad e independencia frente a todos los poderes de la ciudad; y capacidad para relacionarse constructivamente con todos los sectores sociales y políticos.

En estos momentos parece haber un acuerdo en transitar en un proceso transparente y dialogal, en la lógica de preservar los avances de veinte años en la construcción de un organismo público autónomo de derechos humanos, único en nuestro país.

Sin embargo los ausentes en esta dinámica, continúan siendo los ciudadanos, muchos de los cuales tienen la percepción de que los derechos humanos sirven a “los criminales” y recientemente a “los vándalos” y “anarcos”. La mayoría de ellos desconocen que la CDHDF atiende  un promedio de 49 mil 500 personas al año, 80 por ciento de ellas de escasos recursos; seis de cada diez con estudios que no alcanzan el nivel medio superior. La Comisión es mucho más que la exposición mediática de sus Recomendaciones, es el tres por ciento de personas indígenas que atiende, cuando la proporción de esa población en la cuidad es del 2 por ciento y lo es con el 13 por ciento de personas con discapacidad que atiende, que duplica la proporción en la población total.

Somos sin duda los que habitamos y transitamos esta ciudad los principales beneficiarios de la preservación y el fortalecimiento de la CDHDF, lo son quienes no cuentan con los recursos para defenderse de los abuso de autoridad, lo las personas que no tienen las herramientas para quejarse de malos servicios o malos tratos o de ambos; lo somos los que necesitamos de protección y trato digno cuando viajamos en el metro; lo somos quienes demandamos la certeza de que  no seremos víctimas de la corrupción y de que si denunciamos, no acabaremos siendo revictimizadas.

Todavía en algunos cines se está exhibiendo la película Hannah Arendt, que retrata el episodio de vida de esta filósofa, alrededor de su reportaje del juicio al criminal nazi  Adolf Eichmann. La posición de Arandt, desató la admiración de algunos y la ira de otros, pero sobretodo la enfrentó al dilema de ser fiel a su identidad judía o serlo frente a su identidad intelectual. Y ella optó por el debate, la investigación y la reflexión, optó por la búsqueda y la exposición de la verdad, no sólo como imperativo moral, sino por razón del ser humano.

Comparto esta referencia porque en ella se evidencia la talla de quien tendría que estar al frente de la Comisión, alguien cuya actuación en todo momento se rija por la decisión de encontrar la verdad de hecho, sobre las verdades de opiniones.

Porque desconocer el hecho en materia de derechos humanos no sólo nos lleva a desconocer la realidad, sino también a desconocer a las víctimas, y a las y los ciudadanos de a pie, esos que sin duda son los que dan sentido a la CDHDF. 

(NASHIELI RAMÍREZ / @nashieliramirez)