Considerar a los demás

El día de ayer terminó la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Uno de los últimos actos del salón principal, el Juan Rulfo, fue el Homenaje Nacional de Periodismo Cultural Fernando Benítez otorgado al ensayista, novelista, periodista cultural y periodista de investigación Sergio González Rodríguez.

Desde hace más de 20 años, González Rodríguez ha sido un faro en un paisaje que oscila entre el crepúsculo y la oscuridad. Su libro Huesos en el desierto fue fundamental para que pudiéramos mirar el fenómeno de los feminicidios ocurridos en Ciudad Juárez en su justa dimensión; otros, como El hombre sin cabeza, nos ayudaron a entender el origen y el significado de la gramática de la barbarie que los cárteles en México comenzaron a utilizar hace unos años para comunicarse entre sí (descabezamientos, desmembramientos, cadáveres calcinados, etcétera), y otros, como Campo de guerra, establecieron un marco conceptual para entender el derrumbe social y político del México contemporáneo, y situarlo fuera de sus fronteras en el contexto de un fenómeno geopolítico que involucra la operación de grupos criminales transnacionales (que incluyen gobiernos de diversas latitudes). El más reciente libro de Sergio González Rodríguez, Los 43 de Iguala, confirma su vocación para fincar en su trabajo un contrapeso al silencio o a las versiones oficiales que pretenden mantener en la ignominia a buena parte de la población.

LEE LA COLUMNA ANTERIOR DE DIEGO RABASA: DECIDIR

A la par de su trabajo irredento y valiente como periodista de investigación, González Rodríguez ha tejido una obra ensayística y novelística que lo sitúa entre las esferas más altas de la literatura mexicana. Como complemento a esta actividad, Sergio ha sido un incansable promotor del pensamiento y la cultura en México. Pocos autores consagrados han hecho tanto por las nuevas generaciones de escritores como él. Pero su mirada no se circunscribe a la literatura: González Rodríguez atiende series de televisión y películas, obras de teatro y exposiciones, analiza fenómenos digitales y tecnológicos y, en términos generales, nos traduce una realidad que cada vez acontece más de prisa sobre principios enajenantes y violentos.

En su discurso de aceptación, González Rodríguez dijo que la cultura es la herramienta principal con la que cuentan los seres humanos para ejercer la empatía. “En un mundo en constante transformación –dijo el galardonado– el libro nos sigue uniendo”. Considerar a los demás es la vía para entender el espacio público como un entorno colectivo. Ante todo el escritor mexicano es un humanista que erige la cultura, las artes y el pensamiento como unas de las únicas formas de defensa que nos quedan ante la barbarie y el resquebrajamiento social. Ante el desconsuelo que nos produce la realidad, la obra y el pensamiento de hombres como Sergio González Rodríguez nos ayudan a no claudicar en la posibilidad de concebir un futuro distinto a aquel que prefiguran las fuerzas inerciales de nuestro tiempo.