“Educarse en el oriente de la ciudad”, por @guillermosorno

¿Puede la ciudad educar? El colectivo proyector piensa que sí. Formado por filósofos, urbanistas, diseñadores y periodistas, hace investigación independiente sobre teoría de la arquitectura y urbanismo. El punto es poder entender a las ciudades como espacios clave para la formación de ciudadanos.

El colectivo proyector ha montado una exposición en la Casa de Lago. Una parte importante de su trabajo es un análisis de la información sobre la ciudad publicada en 2013. Es muy interesante ver que los medios sólo confirman nuestros prejuicios; por ejemplo, de la zona oriente siempre se retrata la inseguridad y el caos vial y esto guía la forma en que se vive la ciudad. Los medios hacemos una especie de cartografía simbólica del espacio que habitamos. 

El otro día pregunté a José María Palacios y Rosalba González del colectivo de qué otra forma se puede hablar del oriente de la ciudad, por ejemplo. Me dijeron que ellos han estado haciendo recorridos guiados a Chimalhuacán (donde, por cierto, hubo un sonado asesinato reciente de una líder del PRI) para mostrar que es una zona rica en interacciones humanas, en conocimiento de la ciudad. Ellos piensan que hay mucho que aprender de estas zonas que crecieron por el esfuerzo individual de sus habitantes, que llegaron allí a asentarse en predios irregulares, porque allí hay una organización social, estructuras y soluciones urbanas. Es decir, ésta, una wikiciudad, es aleccionadora y hay que contarla de otra manera. De hecho, muchos urbanistas contemporáneos han visto un enorme potencial en estas zonas. Pero no hay que romantizarlas, porque también están atrapadas en redes de corrupción y clientelismo político. 

Con todo, la autoconstrucción es una metáfora de cómo las pequeñas acciones terminan haciendo ciudad y de cómo todos contribuimos diariamente a hacer un mejor o peor espacio de convivencia.

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