El infierno de Virgilio, por @wilberttorre

Autor de Narcoleaks y Obama Latino. Sus historias han aparecido en Etiqueta Negra, Gatopardo, Letras Libres y El Mercurio de Chile.

Virgilio guió los pasos de Dante en el infierno. Acá, en estas tierras a veces sórdidas, también celestiales, siembre enigmáticas cuando se trata de asuntos políticos, otro Virgilio será el encargado de arrojar luz en la oscuridad en la que el presidente Peña, su esposa y el secretario de Hacienda compraron casas a un contratista del gobierno federal.

 ¿Quién es Virgilio Andrade?¿Por qué aceptó la encomienda del presidente?¿Enfrenta el propio Andrade un conflicto de interés en vista de su cercanía al poder que investigará?

Andrade tiene 47 años y es descrito por servidores públicos que han trabajado cerca de él como un funcionario riguroso, serio y honesto, con una sólida formación técnica. Andrade es un abogado sobresaliente y sabe que las decisiones y las resoluciones a las que llegue en su encargo, relacionadas con la investigación solicitada por el presidente, tendrán consecuencias públicas y legales.

Cabe entonces preguntarse: ¿Por qué tomó una responsabilidad que lo pone en riesgo? ¿Por qué aceptó si sabía que de manera natural la investigación estaría comprometida por sus nexos con Peña y los secretarios Luis Videgaray y José Antonio Meade?

“Provengo de una familia de servidores públicos y acepté de inmediato”, me dijo Andrade el viernes pasado.

Hay dos posibilidades en el futuro de Andrade. Una es, como advirtió la mayoría de medios independientes, que todo sea una burla y que haya sido designado para simular una investigación predefinida por sus intereses políticos y de grupo.

La segunda es más compleja y siniestra: aprovechar las inmensas lagunas de las leyes mexicanas en la definición y sanción de posibles conflictos de interés de los servidores públicos para emitir una resolución estrictamente legal que exonere al presidente, a su esposa y al secretario de Hacienda de toda responsabilidad en la compra de las propiedades al Grupo Higa. Las operaciones con el empresario Hinojosa resultarían legales, aunque no inmorales y antiéticas.

Un personaje que lo conoce muy bien comparó la misión de Andrade con la de un neurocirujano. Imagina –dijo– que le ordenan extirpar un tumor cerebral grave, con instrumental del Siglo XIX y un paciente casi sin signos vitales.

Hizo una pausa y añadió: “Pero si lo dejan trabajar, puede sorprender a todos”.

¿Lo dejarán trabajar? Es probable que ante el strip-tease que significa el escándalo de las casas, el gobierno emprenda ahora sí una gran cruzada contra la corrupción. Y que Andrade decrete, desde el imperio de la ley, en este país donde la ley importa cuando se quiere que importe, que las operaciones ligadas a las casas de Peña, su esposa y el secretario de Hacienda son inmaculadamente legales.

 (WILBERT TORRE)