Las otras revelaciones de los Panama Papers

De cuando en cuando, conviene abrir las cloacas y mirar la mierda que corre bajo nuestros pies. Personajes como Edward Snowden, Julian Assange o el anónimo que destapó el escándalo de los Panama Papers nos permiten de cuando en cuando vislumbrar las entrañas de nuestras sociedades. Los 11 millones de documentos referentes a las cuentas millonarias gestionadas por la empresa Mossack Fonseca revelan la práctica de evasión de impuestos en la que los poderosos del mundo entero incurren con frecuencia, pero no únicamente.

El asunto está sacando a la luz las fortunas secretas de los políticos latinoamericanos, los reyes de Arabia Saudita, los funcionarios de la FIFA, mostrando la dimensión de algunas redes abocadas a la trata de blancas, a la prostitución infantil, al narcotráfico, así como denunciando el comportamiento de ciertos actores, empresarios enfrascados en juicios de divorcio, y hasta de algunas organizaciones supuestamente dedicadas a la lucha contra el hambre.

LEE LA COLUMNA ANTERIOR DE GUADALUPE NETTEL: ADIÓS IMRE KERTÉSZ

Gracias a los Panama Papers también hemos podido ver en los últimos días de qué están hechas las diferentes sociedades del mundo. En Islandia, por ejemplo, la gente salió a la calle a pedir la renuncia de su primer ministro, y éste acató sin titubeos la voluntad del pueblo. En China, en cambio, el gobierno optó, como de costumbre, por prohibir el acceso a la información, de modo que para acceder a ella los ¿ciudadanos? chinos se arriesgan a ir a prisión, a diferencia de sus compatriotas millonarios que, a pesar de evadir impuestos, siguen libres y soberanos. Acostumbrados como estamos a la corrupción de nuestros gobiernos, en América Latina la gente apenas ha reaccionado. Lo que puede leerse en nuestras redes sociales es, sobre todo, fastidio y desesperanza. Pero sobre todo, lo que revelan los documentos de Panamá es el nivel de desigualdad que hay en el planeta. Desigualdad económica, desde luego, desigualdad de derechos y obligaciones fiscales. Nada que no supiéramos pero que jamás habíamos visto con cifras tan claras y precisas. Es así de simple: a unos nos vampiriza hacienda, a otros nuestros impuestos les sirven para abrir empresas off shore. El asunto de los Panama Papers constituye una ofensa a la ciudadanía, una bofetada a la dignidad de cualquiera y sobre todo una oportunidad única para rebelarse contra el statu quo. De nosotros depende que así sea.