La edad del establishment, por Guadalupe Nettel

 El tiempo no perdona a nadie, menos aún a las mujeres bellas. Ese es el tema de la excelente película de Olivier Assayas, Clouds of Sils María, proyectada esta semana en el cine Tonalá. Juliette Binoche, interpreta el papel de María Enders, una actriz madura y ya muy establecida en la fama, que acepta volver a actuar en la obra de teatro con la que debutó. Si veinte años antes había sido una joven liberal y rompedora que seduce a su jefa, ahora le toca a ella adoptar el rol de la mujer madura y convencional enamorada de una jovencita. El film, influenciado a todas luces por el estilo de Bergman, logra una mezcla contrastante entre lo clásico y lo moderno, muy ad hoc a las dos generaciones que está confrontando: la de Juliette Binoche por un lado, y por otro la de Kristen Stewart y Chloë Grace Meretz. Es un tema tan viejo como la historia de Blanca nieves y su madrastra o la de Lancelot y el rey Arturo, pues aunque la película se centra sobre todo en la experiencia de las mujeres, el fenómeno no concierne únicamente a este género.

 No importa lo revolucionario que hayas sido durante tu juventud ni cuánto tiempo te hayas empeñado en prolongarla. No importa si fuiste Leonard Cohen, Silvia Pinal, Fidel Castro o Brigitte Bardot, un día terminarás constituyendo el establsihment, especialmente si triunfas, y las nuevas generaciones se empañarán en defenestrarte. Assayas sugiere que la manera en que juzgamos a los mayores establecidos en lo convencional es demasiado severa y arrogante. En su película nadie sale bien parado pero si alguien conmueve es esta mujer desconcertada por el paso del tiempo y la aureola acartonada que sin querer la envuelve. Enders es incapaz de ver que esa fragilidad la hace bella, y, por su puesto, mucho más profunda que su engreída antagonista. La película de Assayas está situada en los Alpes, más exactamente en un paraje llamado Sils María, el mismo lugar montañoso donde Nietzsche escribió Así habló Zaratustra. Al igual que hacían filósofo y su profeta, María Enders se retira a la cima de la montaña y desde ahí consigue distanciarse de sus nubladas pasiones. “Cuando queréis elevaros miráis hacia arriba, yo miro hacia abajo puesto que estoy en las alturas”, dijo Nietzsche en este libro, que propone una revolución drástica de los valores. ¿Quién dice qué es arriba y qué es abajo? ¿Quién dice que es belleza y qué es valentía? La película retoma estas preguntas y, al igual que el autor de La voluntad de poder, plantea que todos estamos condenados a la decrepitud, a la muerte y que el arte es lo único que se salva por su atemporalidad pero también porque, en él, nuestra creación y nuestra voluntad nos trascienden.
 (GUADALUPE NETTEL)