“La lactancia de Maribel”, por @apsantiago

Con quijadas desmayadas, miradas bobas, desvanecidos sus brazos, cinco hombres de 25 a 70 años observaban la TV hace meses. Su voluntad esclava no les pertenecía. Dentro del vestidor de la alberca donde nado, emitieron ruidos guturales -ahhh, ohhh- y frases impublicables que su instinto parió.

 Lo que desde la pantalla los alienaba era una mujer que en tanga bamboleaba su trasero y perfumaba el aire con su busto vigoroso a ritmo de un mambo. No era una joven floreciente. Era una dama en sus 50 y varios: sí, Maribel Guardia.

“Maribel bebe de la fuente de la eterna juventud o su cirujano es más bien un mago”, pensé. Esplendorosa, unía belleza y madurez.

Por eso, al ver la campaña del GDF con el lema “No le des la espalda, dale pecho”,  que cubría el doble encanto de la actriz nacida en Costa Rica, me dije “Son tan burros, que un programa para la mujer lo dirigieron a los hombres” (que, entiendo, no amamantamos) e imaginé un marido diciendo “Amor, para que estés buena como Maribel dale pecho al bebé”. El GDF nos asume tarados: supone que sólo con publicidad caliente comprenderemos que la leche materna fortalece al infante en cuerpo y mente.

Bajo ese criterio toda campaña es erotizable: se me ocurre un “No desperdicies el agua” con Niurka sacando su larga lengua húmeda sobre la que caen dos gotitas o, “No incurras en corrupción” y a William Levy de policía extendiendo el bíceps para rechazar una mordida (ojo, me refiero a una lana).

Pero el GDF logró su cometido; las capitalinas ya saben que deben dar a sus hijos su propia leche. Cierto: alentaron la belleza quirúrgica, fueron machistas y vendieron sexo en un acto no erótico como la lactancia. Pero concedamos: suscitaron tal escándalo, tan virulenta fue la reacción social, que la campaña impactó.

Y es que en México así funciona la cosa: a) el establishment comunica algo de manera burda. b) con su ira, la sociedad populariza involuntariamente la campaña c) la crítica ácida recupera el sentido original de esa campaña. Moraleja: si haces las cosas realmente mal es probable que logres tu fin o las cosas avancen (incapaz de enunciar tres libros, Peña Nieto fomentó la lectura porque nadie quería ser cómo él).

¿Cómo justifica el GDF su campaña? Lo único posible es: Maribel está informando a las mexicanas “estoy así de buena porque bebí leche materna” (con lo cual la campaña glorifica a la madre de Maribel), o “estoy así de buena porque amamanté”, con lo cual glorifica a la propia lactancia de la actriz, o más aún, enaltece la lactancia costarricense. Y eso sería una afrenta para México.

Perdón, ya estoy delirando; es que no hallo la justificación… Pensándolo bien, claro que la hay: aunque ahora sí se la mamaron, cuando eran niños nuestros gobernantes no mamaron suficiente leche materna. Qué otro origen de una inteligencia tan diminuta.

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 (ANÍBAL SANTIAGO / @apsantiago)