“La venganza de Peña a las movilizaciones”, por @alexsanchezmx

Ya está aprobada la Ley de Terrorismo en México para castigar con penas severas las movilizaciones violentas. A simple vista eso suena muy bien y hasta nos coloca entre países de primer mundo.

Pero si repasamos lo que han sido las manifestaciones en la ciudad de México desde que empezó el gobierno de Peña Nieto vamos a darnos cuenta que es un grave atentado contra la libertad de expresión.

¿Por qué? Porque se ha documentado con videos cómo los policías infiltrados (los nuevos halcones del Gobierno de la ciudad de México) han detenido a jóvenes que marchan pacíficamente mientras vándalos con el rostro cubierto que han atacado con fuego a granaderos o destrozado negocios a su paso son intocables (como si a alguien les conviniera su infiltración para actuar de manera violenta y desprestigiar la causa de quienes llevan buenas intenciones).

Diversos videos en Youtube han dado cuenta de esas historias. Está el caso por ejemplo de Gustavo Ruíz, fotógrafo del diario digital Subversiones, quien fue detenido el 1 de septiembre acusado de pandillero y de provocar alboroto social.

Ruíz fue enviado al Reclusorio Sur, pero recuperó una libertad condicional cuando su defensa puso como pruebas los videos que el propio fotógrafo captó sobre su detención y la de un colega suyo.

Allí se ve como está filmando con una cámara fotográfica el momento violento en que granaderos suben a camionetas pick ups de la SSPDF a muchachos que gritaban consigas contra Peña y cuándo Ruíz les pregunta su nombre llegan dos policías por atrás, lo someten con una llave china, lo tumban al piso y luego lo suben a la patrulla como si se tratara de un mal viviente. Para su fortuna, el fotógrafo pudo salvar las tarjetas de video que demostraron su inocencia.

Ahora con las nuevas reformas para evitar el terrorismo, casos como el de Gustavo Ruíz podrán ser suplantados. Basta la versión de un policía uniformado o vestido de civil: “Yo lo vi”. “El atacó” o “Traía combustibles o petardos”, y refundirlo en la cárcel,pues la nueva ley sanciona hasta con 40 años de prisión esas acusaciones.

¿Quién se va a arriesgar ahora a salir a la calle y manifestar sus ideas? Con leyes de primer mundo y policías de tercera, México cumple sus compromisos internacionales.

A mi juicio, la izquierda que se opuso a esa reforma perdió el debate. No fue capaz de citar ejemplos claros de lo que significaba la aprobación y creo que en gran medida obedece a que hubiese sido como darse un balazo en un pie, pues quien ha cometido los excesos de las detenciones ha sido la policía de Miguel Angel Macera, jefe de Gobierno de la ciudad de México que tiene el aval del PRD, pero que por otro lado vive una luna de miel política con Peña.

Lo más que se alcanzó a escuchar en la máxima tribuna del Senado para defender ese párrafo eliminado por diputados del PRI y PAN, del 139 del Código Penal que definía que no serán actos terroristas las manifestaciones realizadas por grupos sociales, fue decir a Dolores Padierna:

“En varias entidades del país, estamos viviendo una clara restauración autoritaria, que ve en la crítica, en la movilización, en la protesta, una amenaza al control del gobierno. No ve una constatación del fracaso de sus políticas o la ausencia de éstas. No ve en ellas, un derecho constitucional, no ve pruebas de la diversidad o pluralidad de un país democrático”.

No más. No se habló de casos concretos ni tampoco nadie alzó la voz para criticar el papel de la policía. Ahora, tal como queda redactada la ley, grupos como el de los jóvenes del movimiento Yo soy 132 (que pusieron en riesgo la campaña presidencial de Peña al bajarle puntos en la preferencias electorales de 2012) que se manifiesten frente a Televisa, estarán en riesgo.

Ni siquiera se necesitará que algún infiltrado ataque negocios, o haga estallar botellas con material explosivos para ser considerados como promotores del terrorismo. Ahora con esa facilidad se podrá desarticular cualquier movimiento con buenas causas.

Tal parece que es la vengaza de Peña a los movimientos sociales que muy cerca estuvieron de cortarle el camino a la Presidencia.

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(LEJANDRO SÁNCHEZ)