Lo que Sean Penn desnudó

El domingo un incendio consumió las redes sociales. Un texto controversial unificó las opiniones de periodistas oficialistas alcanzados por acusaciones de corrupción y de periodistas independientes y honestos como Alfredo Corchado, quien ha reportado con profesionalismo indudable la guerra del narco para Dallas Morning News: consideró que llamar entrevista al encuentro de Sean Penn con El Chapo Guzmán era incurrir en un insulto a los periodistas muertos en busca de la verdad.

¿Qué revela el encuentro entre el actor y el narco más buscado? Aquí un ejercicio no desde el histrionismo y la opinión, sino a partir de hechos:

La charla de Penn y Guzmán arrebató al gobierno la bandera de una narrativa triunfalista centrada en el momento “misión cumplida” del Presidente. ¿Nadie en Los Pinos se percató de que Peña replicaría la frase fallida de George Bush en 2003, cuando ante un portaaviones con la leyenda “misión cumplida” declaró el fin de la operación militar en Irak? A ese lance siguió una insurgencia cruenta y la muerte de miles de soldados americanos.

Es la primera vez que El Chapo reconoce que posee un imperio del narco, con aviones, helicópteros y submarinos, un elemento que podría servir al gobierno de Obama para presionar la extradición.

LEE LA COLUMNA ANTERIOR DE WILBERT TORRE: DETRÁS DE UN TUIT

El texto de Penn no es una entrevista. Es actor, no periodista, pero encuentro razonable que él y Kate del Castillo, como narradores de historias desde la caracterización de personajes, se hayan interesado en conversar con Guzmán, quien retrata una época, una guerra fallida y los principales lastres (corrupción, complicidad política e impunidad) de México.

Si la entrevista no aporta mucho, no es responsabilidad de Penn, sino de Rolling Stone, que no tuvo el cuidado de acordar con el actor un cuestionario y de planear el texto con un proceso riguroso de edición.

Llama la atención que directores y columnistas crucifiquen a Penn por lo que llaman una entrevista a modo o de propaganda, cuando ellos, quienes sí son periodistas, se pasan la vida haciendo cosas a modo. Esta es la entrevista de varios periodistas cercanos al régimen con el presidente Peña en Tercer Grado:

Esta es otra entrevista de periodistas con Peña: 

Penn no se lo preguntó a El Chapo, pero en su texto muestra la corrupción institucional alrededor del narco: al pasar ante retenes –narra el actor–, oficiales del Ejército no los detuvieron y saludaron al hijo de Guzmán con familiaridad.

Coda: en el gobierno existen tres versiones de la captura. La última es que dos policías federales lo detuvieron. ¿Por qué eran sólo dos oficiales, si el arresto fue resultado –según la procuradora– de un metódico plan de inteligencia de seis meses? Por qué dos tristes y solitarios tigres debieron pedir refuerzos a la Marina, si estaban en medio de una cacería quirúrgica?