“Nacho Golacho”, por @goliveros

Los mundiales de futbol se caracterizan por tener una mezcla terrible entre piernas, pasión, insultos, doble sentido y música. Música que se vive en las porras, en las calles, en los cafés donde se transmiten los partidos, en los bares donde mujeres se mueven de forma sugestiva mientras la banda versátil toca una samba y, sí, en las estaciones de radio.

De Ricky Martín a Shakira, de David Bisbal a Vangelis, de Paul Oakenfold a Pitbull, la propuesta musical tiende a ser olvidable por las grandes mayorías que entienden lo fútil que es un Mundial.
A menos que sea el de tu país.
En 1970, la música mundialista no se explotaba como en nuestros días. Apenas la Copa del Mundo comenzaba a verse como el gran negocio televisivo que es hoy en día.

1986 es otra historia. La Selección Mexicana fue concentrada en un estudio de grabación para que de forma desentonada pero con mucho corazón, demostrar más allá de la cancha que el equipo tricolor haría la ola verde en el Azteca.
Los brasileños, a su estilo, tomaron el cielito lindo para en burlón portuñol, conquistar los oídos de su fanaticada y, de paso, a más de una mexicana que, en Guadalajara, les daría el lunar que tenían a un lado de la boca.
No obstante, la canción más recordada no es una original, sino lo que algunos considerarían un mash UP.
El nombre del intérprete es desconocido, su alias artístico es Nacho Golacho. Creado para componer un jingle pegajoso para los comerciales de la cerveza Carta Blanca -cuyos comerciales inundaron el Mundial durante los ochenta-.
Y la rola -el “Vamos a ganar”- no hubiera sido del impacto obtenido de no haber sido por el casting que dio a la modelo más deseada del 86.
Mar Castro se llama. Ella misma decidió cortar un extra la camiseta que tenía el logotipo de la bebida de cebada fermentada.
El comercial la llevó a entrevistas con Jacobo Zabludovsky y a un personaje en una novela producida por Emilio Larossa. Luego, el olvido, el escándalo y la búsqueda de subsistir en los Estados Unidos.
Brasil va ya a una semana de desarrollo y de nuevo Televisa ha lanzado su propuesta de “atractivo visual” -diría Raúl Astor en un programa producido por el mismo Larossa- en la figura de Vanessa Huppenkhoten. Guapa y llamativa, la reportera ha llamado la atención de la prensa internacional que la ha catalogado como la periodista más bella del Mundial.
La recomendación para Vanessa sería revisar esos anuncios de Carta Blanca y recordar que el éxito mundialista se acaba tan rápido como la carrera de Nacho Golacho.

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(GONZALO OLIVEROS / @goliveros)