Profecías, por @antonioortugno

Sin necesidad de ser vidente o de haber recibido en sueños inducidos por una danza ritual las revelaciones del porvenir, me atrevo aquí a esbozar algunas profecías sobre lo que sucederá con ciertos asuntos principales de las elecciones de medio sexenio por las que acabamos de pasar.

  1. El PRI no alcanzó la mayoría en el Congreso pero no parece que eso le afecte mayor cosa, toda vez que los diputados del Verde y Nueva Alianza obedecen sin parpadear a la bancada oficial y, seamos sinceros, los del PAN y el PRD tampoco es que se le salgan del huacal. Y entre todos forman una mayoría abrumadora y al servicio del Presidente. Pocos hablaron del “Pacto por México” durante el periodo electoral pero no dudemos que se recicle en los hechos. O sea que, aunque buena parte de los mexicanos no lo queramos, gana el PRI.
  2. Aunque el Partido Verde infringió todas las leyes electorales posibles durante la campaña, porque arrancó antes de tiempo, recurrió a entrega de regalitos, mintió en sus anuncios, maiceó a “líderes de opinión” para que tuitearan a su favor en plena veda, etcétera, no pasará nada. Quizá una multa más, que se acumule con las que el tibio INE le ha impuesto y que el Tribunal Electoral se ha encargado de revertir. O sea que, pese a que varios quisiéramos verlos desaparecer, también gana el Verde.
  3. Toda encuesta corre el riesgo de errar por más cuidado que se ponga en la elaboración de su metodología y en su aplicación, dicen los expertos. Pero ¿fallar de modo tan sospechoso? Hemos sido testigos de cómo consultoras, medios y hasta universidades se han prestado al juego de apuntalar candidaturas (generalmente del PRI, por supuesto, o al menos del partido en el poder en cada caso) con cifras absurdas. Y de modo impune. Un ejemplo: al menos una decena de medios regios y tapatíos difundieron con todo el escándalo que pudieron encuestas en las que daban el gane al PRI en las contiendas por la gubernatura de Nuevo León y la alcaldía de Guadalajara, respectivamente. El resultado fue una derrota del partido gobernante por más de dos dígitos en ambos casos (¡Casi 25 puntos en Guadalajara!). ¿Alguien salió a dar explicaciones? Un columnista, me parece. O sea, los vividores que elaboran y publican encuestas falseadas también salen ganando, a fin de cuentas, y reincidirán.
  4. Pese a atisbos de que una democracia mejor de la que padecemos es posible (como la elección del diputado independiente Pedro Kumamoto en Zapopan), el desencanto no va a dejar de aumentar. Votar es un ejercicio que exige cada vez mayores dosis de esfuerzo, entre un INE que se desmorona y opciones que van de las mediocres a las repulsivas. La abstención y el voto nulo no harán sino crecer.

(ANTONIO ORTUÑO)