Carbono negro, el asesino silencioso de los capitalinos

La nata oscura que se ve en el cielo de la ciudad de México es, en su mayor parte, carbono negro. Se trata de un componente que deteriora salud y visibilidad, además de contribuir al calentamiento global.

A partir de enero la Secretaría de Medio Ambiente del Gobierno del Distrito Federal (Sedema) empezará a monitorear este compuesto para conocer sus fuentes de origen. Así lo informaron ayer la titular de la Sedema, Tanya Müller y el director de Monitoreo Atmosférico de la Calidad del Aire, Armando Retama.

El propósito es tener herramientas para aplicar medidas ambientales que ayuden a disminuir este componente, mismo que aumenta en las horas pico de la ciudad.

Para el monitoreo, la Secretaría de Medio Ambiente colocará equipos de medición en Xalostoc (en Ecatepec, Estado de México), en el centro de la ciudad de México y en la zona del Ajusco.

PIONEROS EN EL TEMA

Armando Retama indicó que el DF es la única ciudad en el país que realizará un estudio de la cantidad y origen del carbono negro, y una de las pocas en América Latina. Una vez que se tengan los resultados habrá idea de cuánto contribuye la Ciudad de México al calentamiento global.

“No existe una norma para carbono negro puesto que no existe una normatividad en México ni en el mundo, no podemos establecer ningún límite”, señaló Retama.

EL ENIGMA PM10

Además, ayer la Secretaría de Medio Ambiente del Distrito Federal arrancó formalmente con el monitoreo de los aerosoles que existen en el aire de la ciudad. La idea es disminuir 50% de la concentración de partículas suspendidas en el ambiente durante los próximos 10 años.

La información que se busca es aquella que ayude a dilucidar las razones por las cuales no disminuyen las partículas PM10.

(JOSUÉ HUERTA)